Las cabras son unos animales de extraordinario equilibrio que pueden vivir entre riscos y precipicios, sorteando el peligro y eludiendo a sus depredadores; el problema es cuando la cabra abusa de sus habilidades o se vuelve loca. Esto último parece ser, según diagnóstico de Pepe Mujica, lo que acontece hoy día en Venezuela. Tres de los objetivos fundamentales que debe perseguir cualquier gobierno son: tener un piso político que garantice la gobernabilidad, lograr la paz social y tener una economía que funcione. Ninguno de estos objetivos se cumple, ni siquiera medianamente, de manera que un gobierno que atente contra estas cosas básicas que debe procurar, es un régimen de locos. En Venezuela los asuntos de Estado van de peor en más grave que eso. Ya se nos agotan los términos para calificar la mamarrachada de gestión gubernamental que ejecuta el chavismo de hoy comandado por Maduro. Por eso lo de Mujica y la cabra. Aunque nos deprimimos porque no pasa nada, o no termina de pasar lo que tiene que ocurrir, la verdad es que si hay signos que nos revelan que esto está en etapa terminal. Quizá a nosotros nos cueste apreciar estas señales inequívocas de cambio, pero esto sí lo están percibiendo las agencias de noticias y los analistas políticos del exterior.
El lunes 16 la Deutsche Welle, televisión alemana, emitió un largo y pormenorizado programa sobre la realidad hospitalaria de Venezuela; al día siguiente CNN estuvo con el foco puesto en el país. CNN Dinero dedicó toda la hora de su programa a nuestra nación. A continuación Cala invitó a Montaner y a un periodista muy agudo, a analizar la situación venezolana y ambos presagiaron una salida no pacífica para la grave crisis que vive Venezuela. El día miércoles 18 el Secretario General de la OEA ¡por fin! decidió salirse del protocolo diplomático y contestar a Maduro en los mismos términos en que éste ataca a cualquier dignatario extranjero. La carta de Almagro marca un hito histórico, pone las cosas en su lugar y coloca al Secretario General en la senda de devolverle a la OEA su dignidad pérdida. Esto tuvo una honda repercusión mundial y descolocó a Maduro acostumbrado, igual que el sabanetero, a insultar a todo el mundo impunemente. El jueves 18 la DW dedicó su programa de opinión Quadriga, al análisis de la situación venezolana. En fin que la opinión pública internacional, tiene el foco sobre el país porque sabe que un desenlace está próximo a ocurrir. La presencia de Zapatero y de Torrijos, buscando espacios de diálogo corrobora lo dicho anteriormente.
Llama la atención que chavistas de convicción como Alcalá Cordones, critiquen abiertamente al gobierno de Maduro y se pronuncien favorablemente por el revocatorio, como una fórmula de garantizar la paz social, pero también de asegurar la sobrevivencia política de lo que queda del chavismo. Igual el llamado que hace un hombre que conoce al proceso por dentro como Vladimir Villegas. Resulta curioso como López Maya ve un obstáculo formidable en la presencia militar en la calle (cosa que se desmintió al día siguiente cuando la marcha de la oposición buscó cauces, desafiando las barricadas militares y policiales). También es significativo que esta analista e historiadora, que fue en 2004 oradora de orden en una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional, culpe a Fedecámaras de recibir sus dólares de Cadivi y luego no enfrentar al gobierno. Ni el ente gremial empresarial es un partido político, ni son muchos los dólares que ahora recibe del gobierno. Éste siempre ha tenido sus empresarios de maletín y con ellos hace negocios. Lo importante es que tengamos claro que muy bien que critiquen, pero recordemos que estos aspirantes a líderes que ahora se le voltean al gobierno, durante mucho tiempo convalidaron a este régimen en sus tropelías, cuando no era muy difícil imaginar que más pronto que tarde llegaríamos a este desastre.