Esto complica en forma grave la situación y nos ha puesto en situaciones
muy duras en razón que no nos vamos a dejar atropellar y mucho menos nos dejaremos eliminar ni física ni moralmente porque nuestro papel como oposición y como alternativa democrática es, ponernos al lado del pueblo que sufre hambre, muere a mengua, aguanta sed, vive entre las tinieblas de la oscuridad y se viste de luto por la pérdida de seres queridos producto del hampa desatada.
Pues bien, hasta en los pueblos que viven en guerra se dialoga y se buscan medidas de entendimiento para así evitar males peores, el problema está acá en Venezuela con la actual confrontación con este gobierno, que en la medida que dispara gas pimienta a quienes reclamamos, que mete preso a la gente y ya tiene también la costumbre de pedir diálogo y a la vez hábilmente rechazarlo o hacerlo y luego desconocerlo y así lo ahí acordado. Dialogamos o nos matamos? Esa pregunta se la hacen siempre y a diario muchas personas de todas las edades y de todos los estratos sociales, e incluso los menos radicales del oficialismo. Soy de los venezolanos angustiado por la situación del País y en especial, por el futuro de las nuevas generaciones, hoy incierto, por el accionar de un gobierno que hace lo humanamente posible, para desmotivar y acorralar a nuestros jóvenes.
En tal sentido he pensado que el diálogo puede ser oportuno, pero siempre y cuando todos los factores lo asumamos con humildad, con seriedad, con responsabilidad ante la historia, con transparencia y con mucho respeto con el que piensa distinto. Venezuela está en los ojos y en el corazón de hombres y mujeres del mundo entero no importando su signo ideológico, religión o raza, y de todas las latitudes ha habido sinceras oferta de mediadores, comenzando por la Santa Sede, o de gobiernos e instituciones. Recientemente, vino una respetada misión de ex presidentes angustiados y con la buena intención de que en una mesa nos sentemos todos a dialogar, eso es bueno y ahí tal vez se logren muchas cosas y disposiciones para evitar más daño a la nación y a sus habitantes, puede lograrse que vayamos a la consulta al soberano, que el gobierno entienda que los estómagos requieren comida, pero también es bueno para que de los dos equipos o de ambas partes algunos o unos de sus miembro o dirigentes entiendan que es la hora de pensar en Venezuela, en la Venezuela desangrada y sufrida y no para andar payasando, jugando a sus intereses y estar soñando con bandas presidenciales o tomando iniciativas que por sus envergaduras y consecuencias deben ser tomadas en equipo bien corresponda a la MUD o al gobierno, sea cual sea el caso. El diálogo puede ser oportuno, y si se llegara a dar tiene que ser en el marco del respeto y que el gobierno entienda que ahora la realidad es distinta a la de ayer, las cosas cambiaron y ya la posición de la mayoría es de oposición al régimen al cual queremos sacar constitucionalmente, democráticamente y electoralmente, en Acción Democrática somos defensores de esta salida y enemigos de la violencia y de la ruptura del sistema constitucional que cada día se enflaquece más, por eso decimos, bienvenida sea toda iniciativa que no obligue a renunciar a Venezuela a luchar por su bienestar, por su grandeza y por su prosperidad.
El diálogo puede ser oportuno para que se acabe con la odiosa práctica de disidentes bajos rejas o fuera del País. El diálogo debe ser para que se reconozca la voluntad de un pueblo que se expresó el 6 de diciembre. El diálogo puede ser la oportunidad para que el gobierno demuestre realmente si anhela el diálogo, la paz y la convivencia o si desea un pueblo permanentemente en las calles dispuesto a todo.
Bernabé Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización
Acción Democrática
@adbernabe