Los centros de salud en Venezuela han sido una de las tantas víctimas colaterales de la denominada “Revolución Bolivariana” que iniciara Hugo Chávez en 1999, publica Sin Filtros.
La escasez y la necesidad han convertido las salas de los hospitales del país caribeño en un escenario sangriento, donde faltan elementos indispensables como el algodón, los guantes esterilizadores e incluso material quirúrgico.
A pesar de las dificultades, el personal médico de los hospitales venezolanos se afana en sortear todos los obstáculos para poder atender a los pacientes. Sin embargo, no siempre es suficiente.
Tamaña escasez y precariedad generan miedo en pacientes que enfrentan un riesgo sanitario mortal. Es entonces cuando los facultativos se ven obligados a operar con el cañón de una pistola apoyado en su sien. Quienes empuñan las armas son enfermos y familiares desesperados.
Éste es el caso de la doctora Paola Angeli, una médico venezolana que ha decidido abandonar la patria de Simón Bolívar para comenzar una nueva vida en España, alejada de la sinrazón y la violencia.
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