Aquí en Venezuela todos somos agentes activos de la diversificación de la historia, somos parte de ella, tengamos claro que si el Revocatorio los favoreciera a ellos su rapidez seria fastidiosa. Basta con recordar la absurda recolección de firmas contra el decreto del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en repudio a las sanciones contra funcionarios del gobierno por su descarada implicación en negocios turbios y constante violación de derechos humanos. En ese entonces, Nicolás Maduro, se vanaglorió de un supuesto éxito, según se lo había comunicado, el vago del municipio Libertador, Jorge Rodríguez.
A los 409.313 venezolanos y a quienes no pudieron empoderarse de su validación les digo la pelea es peleando aquí nos hayamos como colchón que amortigüe cualquier acción malintencionada del oficialismo, nadie puede dejar pisar sus derechos, ese tiempo ya es historia. Porque contrario a lo que ellos aplican: escudriñar en lo mínimo, con el burdo ánimo de cansar a los venezolanos con discursos repetitivos y amenazantes ambicionando apagar su sentido de pertenencia, como un frente enardecido por la verdad y la justicia. El alcalde ausente Jorge Rodríguez se mostró inseguro y temeroso de este pueblo al argumentar que, tal cual, como altos panas, les solicitaría a rectoras del CNE obtener el 20% en un día. Si tú, alcalde ausente, dices que los venezolanos no apoyan el Referendo Revocatorio, dejen el culillo y vamos entonces a buscar el 20% la próxima semana. No vamos a permitir que se viole la constitución, tantas veces vilipendiada y mucho menos nuestros derechos como venezolanos con la potestad plena de revocar la incompetencia, tenemos la potestad plena de revocar a quien presuma de ser una figura inútil. Más vale ir acostumbrándose a la idea de una aplastante tercera fase, y más vale por igual, que Nicolás Maduro y su encochinado entorno se adapte de una vez a una silla distinta a la presidencial.