Como hace una semana, la protesta en San Félix comenzó por hambre. A lo largo de los casi 2 kilómetros de la populosa avenida Manuel Piar, la comida tampoco llegó este jueves, publica Correo del Caroní.
De las colas madrugadoras, un grupo de 60 personas pasó a la calle y en tres puntos quemaron cauchos exigiendo el abastecimiento de productos básicos en Venezuela y que, según el último informe del Cendas, tienen más de 50 por ciento de escasez.
Los manifestantes quemaban cauchos y permanecían parados en el brocal de la avenida de tres canales, principal arteria vial de transporte público y una de las referencias comerciales más importantes de Guayana; justo hace 11 meses y en este mismo lugar, estallaron los primeros saqueos por desabastecimiento.
En una primera mediación, el jefe del Destacamento de Seguridad Urbana (Desur) Bolívar, Freddy Zambrano, les dijo que no era necesario la cola porque ahora los alimentos serían distribuidos por los comités legales de abastecimiento y producción (CLAP), la nueva figura creada por el Gobierno con el propósito de mitigar el desabastecimiento y reducir la reventa de alimentos.
La respuesta indignó a los protestantes. Una muchacha les gritaba cobardes, mientras unos hombres avanzaban con las manos alzadas. “Cobardes”, “desgraciados”, les decía una muchacha con jean azul y franela fucsia.
Ya a las 9:00 de la mañana todos los supermercados, abastos chinos, ferreterías, tiendas de artefactos y algunas agencias bancarias estaban completamente cerradas.
Como los afectados no se iban, el equipo antimotín avanzó hacia la protesta. La primera actuación fue infructuosa. Los efectivos marcharon hasta la primera línea de cauchos quemados, donde unas 20 personas les insultaba y exigía alimentos.
Cuando se percataron que la Guardia Nacional se preparaba para disparar perdigones, más se amotinaron y de las calles del barrio Bella Vista salieron dispuestos a enfrentarse.
La GN lanzó dos bombas lacrimógenas y disparó perdigones a unos 30 ciudadanos que no se replegaban. Todos corrieron pero una vez pasaban los efectos del gas, intentaron tomar la calle nuevamente.
Complicidad parapolicial
La manifestación fue completamente dispersada por 30 motorizados civiles que la gente llamaba colectivos. Hombres armados vestidos de civil que, a lo largo de toda la avenida, fueron correteando a los protestantes. Al menos dos personas denunciaron haber sido robadas.
El comandante de la GNB les indicaba por dónde habían ido. “Se metieron por allá”, les decía a los motorizados, mientras estos les perseguían.
Correo del Caroní preguntó a Zambrano por la presencia de los motorizados y este solo respondió que ellos los estaban ayudando; después afirmó desconocer de qué se trataba.
“No ha llegado alimento aquí. Cómo es posible que nosotros tengamos una semana en esto, y aquí no nos han mandado alimento. Supuestamente es el CLAP, pero ¿dónde está el bendito CLAP? ¿Dónde está? ¡Hasta cuándo vamos a estar así!”, reclamaba Doreicy Mujica, una señora con perdigones en las piernas.
Unos tres manifestantes denunciaban lo mismo a la prensa y le reclamaban al comandante Zambrano, pero callaron cuando los motorizados pasaron a nuestro lado. “Todo listo Zambrano, cualquier cosa me avisas”, le dijo un hombre de jean, lentes de sol, a bordo de una de las motos que circulaba por la arteria vial.