El presidente Raúl Castro pidió a los cubanos “reducir gastos de todo tipo” ante las dificultades financieras por la disminución en la entrega de petróleo venezolano y la caída de ingresos por exportaciones, pero alejó el fantasma de la crisis de los años 90.
AFP
“Es preciso reducir gastos de todo tipo que no sean imprescindibles, fomentar una cultura del ahorro y de aprovechamiento eficiente de los recursos disponibles”, dijo el mandatario este viernes ante el Parlamento.
Desde hace una semana empresas estatales cubanas recibieron órdenes ejecutivas de reducir un 50% sus gastos de combustible y electricidad, lo que avivó el temor del retorno a la crisis de los años 90 con prolongados apagones y la parálisis del transporte y la industria.
“No negamos que pueden presentarse afectaciones, incluso mayores que las actuales, pero estamos preparados y en mejores condiciones que entonces para revertirlas”, dijo Castro al rechazar “especulaciones y augurios de un inminente colapso de nuestra economía”.
En ese sentido, dijo que se registró un crecimiento de 1% en el primer semestre del año, la mitad de lo previsto, debido a la caída de los ingresos por exportaciones, que marcaron los menores precios del níquel, el incumplimiento de la producción y venta de azúcar, y de otros ingresos previstos.
El economista cubano Juan Triana estima que la baja de los precios del níquel, de 14.393 dólares la tonelada en 2015 a 8.500 dólares este año, provocará pérdidas a Cuba por unos 330 millones de dólares.
En el caso del azúcar, el incumplimiento de la meta de producción, significa que Cuba no venderá unas 360.000 toneladas, equivalentes a 136 millones de dólares, señaló Triana en un reciente artículo que publicó en el portal digital Oncuba.
Castro destacó que tres meses después de la orden ejecutiva de Barack Obama que permitió el uso del dólar a Cuba en sus transacciones internacionales, “lo cierto es que no se ha logrado todavía efectuar pagos ni depósitos en efectivo en esa moneda.”
Indicó que las medidas de austeridad tomadas por su gobierno están “dirigidas a enfrentar la situación y garantizar las actividades principales que aseguran la vitalidad de la economía, minimizando las afectaciones a la población”.
En la reunión, el ministro de Economía, Marino Murillo, explicó que las medidas también “estarán relacionadas con la restricción de pagos en divisas y la administración en la toma por parte del país de créditos a corto y largo plazos”.
– El rebote de la crisis venezolana –
Una de las principales causas del frenazo económico en este semestre fue la disminución en las entregas de petróleo desde Venezuela, principal aliado político y económico de la isla.
Cuba recibía unos 85.000 barriles diarios de petróleo de Venezuela, con facilidades de pagos, cantidad que representa casi un 60% de su consumo, y que experimentó una “determinada contracción” en el primer semestre debido a la crisis de ese país, dijo Castro, sin precisar cifras.
“Lógicamente ello ha ocasionado tensiones adicionales en el funcionamiento de la economía cubana”, añadió.
Pero Cuba también recibe ingresos por los servicios médicos y educacionales que prestan más de 30.000 cubanos en Venezuela, la mayoría médicos, los que también han sido afectados.
No obstante, “proseguiremos prestando a Venezuela, al máximo de nuestras posibilidades, la colaboración acordada para contribuir a sostener los logros alcanzados en los servicios sociales”.
Castro aseguró que a pesar de las dificultades financieras, “se ha logrado mantener el cumplimiento de los compromisos asumidos en los procesos de reordenamiento de las deudas con acreedores extranjeros”.
Reconoció, no obstante, algunos atrasos en esos pagos. “Deseo agradecer a nuestras contrapartes por su confianza y comprensión de la situación transitoria en que nos encontramos”, dijo.
El gobierno de Raúl Castro, en el poder desde 2006, emprendió un lento proceso de reformas económicas que han abierto mayor espacio a la iniciativa privada, aunque el Estado sigue controlando más del 80% de la economía.