Si bien para algunos, Hugo Chávez fue un producto de la llamada “IV República” – ya sea porque Caldera lo liberó o porque las condiciones del país lo impulsaron en su proyecto personalista –, utilizó el viejo populismo para lograr el apoyo de los sectores de menos recursos de la sociedad ¡Y lo logró!
Por Ricardo Sánchez-Silva | @RicardoLoDice
Lo digo así
La política en Venezuela ha arrastrado el germen del populismo, no solo durante el régimen de Hugo Chávez y su sucesor, sino desde mucho antes. Cuando el partido Acción Democrática (AD) llegó al poder lo hizo con la promesa de incorporar a los llamados “desarraigados del campo” hacia sectores productivos de la sociedad. Estos eran los que con el boom petrolero, habían quedado excluidos de los lugares donde se desenvolvían en el trabajo de la tierra.
Para Modesto Emilio Guerrero, autor de la biografía analítica “¿Quién inventó a Chávez?”, AD inició como un partido “nacionalista al estilo del peronismo o del APRA hasta 1958 y socialdemócrata de derecha desde entonces”. Es decir, para quienes rechazaron la gestión de Carlos Andrés Pérez en el recordado Caracazo (que nada se compara con la actual crisis humanitaria que vive Venezuela, por ser esta última la más dura que hemos vivido), el descontento tenía que ver con la política de “cúpulas” o, quizás el mismo bipartidismo, de la mano con Copei. Claro, sin dejar de tomar en cuentas las medidas económicas adoptadas por el expresidente y las razones que, como ya sabemos, dieron origen a ese estallido social.
No es de extrañarse que, si bien para algunos, Hugo Chávez fue un producto de la llamada “IV República” – ya sea porque Caldera lo liberó o porque las condiciones del país lo impulsaron en su proyecto personalista –, utilizó el viejo populismo para lograr el apoyo de los sectores de menos recursos de la sociedad ¡Y lo logró! Al punto de que hizo y deshizo a diestra y siniestra: plagó de rojo las instituciones públicas para consolidar la trilogía gobierno-estado-partido, que se vio finalizada el 14 de marzo de 2008, cuando se creó el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
A ese bloque o trilogía que el difundo exmandatario consolidó, por supuesto, se le sumó su propia imagen como líder mesiánico. No pasó mucho tiempo para que la frase histórica “el Estado soy yo”, atribuida a Luis XIV, quien consolidó en Francia un régimen absolutista y centralizado, se materializara en un presidente en pleno inicio del siglo XXI, que terminó por decir que se había fundido con el pueblo.
“Chávez ya no soy yo, Chávez es un pueblo, Chávez somos millones, tú también eres Chávez, mujer venezolana; tú también eres Chávez, joven venezolano; tú también eres Chávez, niño venezolano; tú también eres Chávez, soldado venezolano; tú también eres Chávez, pescador, agricultor, campesino, comerciante; porque Chávez no soy yo; Chávez es un pueblo”, sentenciaba Hugo en su campaña para las presidenciales de 2012.
En otras palabras, fue Chávez Frías, quien sembró el caos que actualmente vive el país. ¡De eso no hay duda! Pues, su proyecto autoritario, castro-comunista, represivo y coartador de todo tipo de libertades (incluidas la de prensa y económica), llevó al actual caos. Y es en este punto, donde me pregunto deliberadamente: ¿Hay forma de que los políticos actuales (los que están en palestra, aunque sean dinosaurios), se alejen del sentir de un pueblo cansado del populismo que históricamente le ha hecho tanto daño, precisamente ahora, en medio de esta crisis?
Es difícil pensar que en ocasiones, así lo sea. Al respecto, vale hacer una salvedad, porque aunque no milito en ningún partido político por ser periodista (como debe ser mientras ejerza), expreso mi opinión. Basta con analizar los casos de presos políticos o de conciencia (en cautiverio por pensar distinto, hacer política o incluso expresarse libremente), las violaciones constantes al debido proceso y a los DDHH fundamentales (represión, tortura, maltrato verbal y físico a quienes se han atrevido a disentir mediante la protesta pacífica), sumado a la ruptura del hilo Constitucional mediante la utilización del tribunal supremo de justicia (tsj, en minúscula adrede por su falta de legitimidad), como brazo ejecutor de las órdenes de Nicolás Maduro, para que no quede duda de que en Venezuela estamos ante un régimen no democrático.
A propósito del tsj, el 14 de julio quedó sin efecto la designación de los 34 “magistrados express”, acción que debió ser tomada desde antes de que rebotaran la primera ley emanada de la nueva Asamblea Nacional (AN) ¡Se tardaron casi 7 meses! Sin embargo, al menos como un acto simbólico, lo ejecutaron, pues si algo ha quedado claro en este tiempo es que la AN es un adorno (para el régimen).
Por otra parte, Ramos Allup anunció que reincorporarían a los tres diputados de Amazonas, inhabilitados ilegalmente, pues desde su proclamación, según el artículo 200 de la Constitución, gozaban de inmunidad. ¡Una raya más para la justicia roja! Lo cierto es que tenían que incorporarse en enero… ya estamos en Julio ¿Respetó el Parlamento una sentencia inconstitucional? Saque sus conclusiones.
Lo que digo sobre el “sistema de gobierno” en nuestro país, va tanto con la gente que aún tiene sus reservas al respecto, como para los políticos que de forma reiterada, se empeñan en legitimar al régimen al llamarlo “gobierno” y reconocer a Maduro: ¿No se han leído elartículo 350 de la Constitución? ¡Háganlo!
Lo dicen las fuentes
En el marco de una gira nacional que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)planificó para exigir la recaudación del 20% de las firmas para el Referéndum Revocatorio, el miércoles 13 de julio, Henrique Capriles Radonski, visitó sectores populares de La Guaira, estado Vargas, junto a los dirigentes de esa entidad, Roberto Smith, Juan Guaidó, José Manuel Olivares, entre otros.
El evento inició con conatos de violencia por parte de grupos chavistas que se hicieron presentes en el lugar y no querían que se realizara la actividad. Tuve la oportunidad de hablar con algunos de los presentes, entre ellos, Carmen Bolívar, quien reiteró que se encontraba allí para defender la gestión socialista. “Nosotros somos fieles a Hugo Chávez Frías y seguimos la continuidad de Nicolás Maduro, Jorge Luis García Carneiro y Carlos Alcalá y estamos leales” ¡Qué cosas! Un día después, Aristóbulo Istúriz (ex militante de AD, por cierto), dijo que Nicolás tenía la “continuidad histórica de Miranda, de Bolívar y de Chávez” ¡Bárbaro!
El grupo violento quedó plenamente identificado en el video que grabé. Después de tomar el testimonio me acerqué a los chavistas, pero apenas me vieron con el celular en la mano, empezaron a gritarme, lanzarme agua e intentaron quitarme el teléfono, a pesar de que me identifiqué como periodista. Cuando intenté limpiar el lente de la cámara, ya un poco más lejos, uno de ellos me arrojó una botella en el rostro, por suerte no estaba tan cerca, pero mis lentes recibieron todo el impacto. Desde el miércoles no tengo lentes, quedaron en el pavimento y en mi memoria como ícono de dignidad y lucha por la democracia perdida en mi patria.
Minutos más tarde, cuando llegó el diputado Juan Guaidó, también hubo un intento de violencia, lo emparamaron (mojaron) completamente. ¡Por suerte, fue agua! “Trataron de provocarnos, pero no lo lograron porque estamos en paz y vamos por el 20%, así nos golpeen y ataquen nosotros seguiremos en la lucha” afirmó el parlamentario de la región.
Dicho en respuestas
Al tomar los testimonios, antes de entrevistar a Carmen, me topé con una señora del sector, tenía unos papeles en la mano y aguardaba la llegada de los políticos con ansiedad. Estaba del lado contrario al grupo oficialista.
– Ricardo: Señora, ¿Me quiere decir por qué está aquí?
– (*) FR: No, mijo, la verdad es que no puedo.
– Ricardo: ¿Por qué? -, pregunté.
– FR: Porque estoy inscrita en el Psuv y no puedo declararle.
– Ricardo: ¿Pero apoya al proceso? – insistí.
– FR: No, me estoy cambiando – puntualizó.
Otro momento que vale la pena rescatar fueron las palabras del funcionario de la policía del estado Vargas.
– Ricardo: Me acaban de agredir, le dije, ¿qué pueden hacer ustedes al respecto?
– Policía: Ellos son violentos. Ese grupo es violento, ya estamos cansados -, respondió el funcionario, pero su actitud era de susto más que defensiva. No repelieron a los chavistas, pero tampoco impidieron que ejerciera mi labor, debo reconocer. En algún momento me parecieron “vigilantes” obstinados, de manos atadas ante García Carneiro.
Al final de la concentración, Capriles leyó un papel, enviado presuntamente por los policías de Vargas, en el que denunciaban sus precarias condiciones salariales y pésimas condiciones de trabajo que ponían su vida en riesgo, al tiempo que lo respaldaban. ¿Fue genuino el texto leído por el gobernador de Miranda? Allá en el módulo policial, saben la respuesta.
Así finalizo el #EstáDicho:
– El populismo ha hecho un grave daño a nuestro pueblo ¡Basta de discursos vacíos! No más “toma y dame” sin plena identificación con lo que la gente clama. Político que no tome ese camino, creo, que será rechazado por las bases. La gente quiere consistencia y coherencia ante un sentir nacional, para muestra, María Corina Machado.
– Los ciudadanos deben exigir a sus representantes que se cumpla la ley. Eso no es una opción para los funcionarios públicos, es una obligación, incluso, con consecuencias judiciales.
– No pudo la violencia en Vargas, pero lo que el barrio expresó debe ser interpretado de forma acertada o podríamos volver a caer en otro personalismo. Tengo en la cabeza la imagen de una señora mayor con el afiche de Capriles en una mano, mientras que extendía la otra para saludarlo a través de una ventana de la localidad El Guamacho, ese día, en Vargas ¡Pilas! Al menos, como periodista, siempre seré contralor y vigilante del poder.