Fallas críticas en la asepsia y antisepsia de las áreas quirúrgicas y prequirúrgicas se presentan actualmente en el hospital Materno Infantil Ana Teresa de Jesús Ponce, debido a problemas en los dos equipos de aire acondicionado que refrigeran la sala de parto y las áreas de prequirófano y recuperación.
“No tenemos aire acondicionado, un servicio fundamental en los hospitales. Esta situación aumenta la insalubridad. Aunque los quirófanos estén fríos, las bacterias son arrastradas desde el área prequirúrgica, donde impera el calor. Todo el personal que labora y acude al centro corre el riesgo de contraer patologías intrahospitalarias, como infecciones por estafilococos”, señaló la doctora Amelia Contreras, médico anestesiólogo del centro.
El ginecoobstetra Frank Durán explicó que hay grave riesgo de atender a las parturientas sin aire acondicionado. “Las mujeres que llegan con preclampsia las tenemos que referir a otros centros por el peligro. Además, con el calor se proliferan las bacterias y estas se fijan en las paredes. Cuando hay fluidos y sangre existe un importante foco de contaminación por la falta de frío”.
Detalló que el agua es otro de los problemas que afecta la operatividad de los pabellones. “Aquí trabajamos, porque estamos comprometidos con la salud de los pacientes que acuden al centro, pero las condiciones no son las adecuadas. Cuando no hay agua en las tuberías usamos tobos para lavarnos las manos”.
Tibisay Berroterán, enfermera del turno nocturno, aseguró que la mayoría de las mujeres que traen al mundo a sus hijos a través de cesáreas sufren complicaciones. “Muchas tienen que operarse nuevamente, pues presentan abscesos en la pared abdominal debido a la contaminación que hay en el ambiente del quirófano”.
Faltan guantes, suturas y pitocin
La escasez de insumos y de material médico-quirúrgico es otro de los factores que afecta la atención en el centro. Desde medicinas básicas como ketoprofeno y diclofenac, hasta suturas, guantes y pitocin para dilatar el útero y acelerar el parto.
“En el turno de la noche nos dan siete pares de guante y con eso tenemos que resolver. Hay casos en los que nos hemos visto en la obligación de lavarlos y reusarlos, porque no hay más. Dejan diez ampollas de pitocin cuando en un alumbramiento, sea natural o por cesárea, se usan hasta 6 ampollas y en promedio diario llegan más de cuatro parturientas por turno”.