Triste fue el panorama que se vio ayer en el centro de la ciudad, en donde nuevamente las colas fueron protagonistas de episodios violentos sin importar que se trataran que fueran, en su mayoría, mujeres con bebés cargados suplicando que se les permitiera la compra de pañales en el comercio Royal Center. Así lo reseña elimpulso.com / María Fernanda Peñalver
Personas abrazadas las unas a las otras para evitar ser sacados de la larga fila se convirtió en un forcejeo en el que incluso las mujeres con sus pequeños debieron huir para evitar ser golpeadas. “No se salga señora, aguante la pela”, fue una de las expresiones que se escucharon entre los empujones.
La razón de tanta desesperación fue la compra de pañales, los cuales se vendieron únicamente a las madres que ya dieron a luz, dejando por fuera a un gran número de embarazadas.
Tres paquetes eran vendidos si la persona compraba un lavaplatos, de lo contrario, solo se permitía uno.
El día anterior se había corrido el rumor de que en el lugar se vendería tal producto, por lo que desde la noche las personas se apersonaron en el negocio, generando desastre en el entorno incluso antes de que la santamaria se subiera.
La policía estatal se encargó de la organización y evitar la venta a posibles “bachaqueros”, pero los usuarios denunciaron que estos eran funcionarios eran los principales abusadores.
“Ellos están aquí y que para ordenar, pero recogieron cédulas como les dio la gana, a las personas que conocen y ellos son los primeritos que pasan a comprar y salen con un poco de pañales”, dijeron.
Señalaron que 500 cédulas habían sido recogidas a última hora de la mañana, destacando el hecho de que no se trata solo de la espera en la cola, sino que además, deben permanecer atentos al llamado una vez que hayan tomado el documento de identidad.
“Mi esposa tiene cerca de dos horas esperando que la hagan pasar”, dijo uno de los clientes quien rechazó que se jugara con la paciencia de las personas.
Uno de los encargados del comercio habló con la multitud que pretendía aplicar la fuerza para comprar diciendo que “así se vengan toditos yo bajo la santamaría y listo, no compra nadie”.
Las caras de dolor y cansancio fue la imagen principal de las madres, mientras que los bebés, a través de llantos, también daban a entender que las colas no son un ambiente sano para estos pequeños que deberían permanecer en sus hogares llevando una vida de calidad.
Fotos Karen Paradas