Cada vez que sale a las calles de Caracas para capturar a los pequeños monstruos de Pokémon Go, Cristian Fragoza desafía la feroz inseguridad que golpea a Venezuela, uno de los países más violentos del mundo.
por Esteban ROJAS/AFP
Frente a un centro comercial, este estudiante de filosofía de 18 años y un grupo de jóvenes que fraternizaron por internet se divierten con el juego de realidad aumentada, mirando absortos las pantallas de sus teléfonos móviles por si aparece un Pokémon.
“Somos una resistencia contra los delincuentes”, dijo Fragoza, “enamorado” de un pasatiempo que en este país tampoco escapa a la polarización política, como lo mostró la lluvia de críticas que recibió un diputado por jugar en el Parlamento.
Ajeno a esas disputas, Fragoza cuenta orgulloso que capturó a Bulvasaur -parecido a un dinosaurio- en Monte Piedad, sector donde vive a la entrada de la populosa barriada 23 de Enero, una de las más peligrosas de Caracas.
Ese lastre resulta más grave en un país que registró 17.778 homicidios en 2015, según la Fiscalía 58,1 por cada 100.000 habitantes, cuando el promedio mundial es de 8,9 por cada 100.000.
“Recorro dos cuadras donde me conocen desde niño y me regreso”, relata a la AFP.
Pero “no todo el mundo se atreve a sacar el celular para jugar” en la calle, señala Alejandra Salazar, de 22 años, mientras se entretiene con los teléfonos de Fragoza y sus compañeros. A ella le robaron el suyo.
Según la asociación civil Alto al Crimen, unas 500 personas fueron asesinadas en Venezuela entre octubre de 2015 y marzo de 2016 por resistirse a entregar sus móviles en asaltos.
– “Atrápalos con seguridad” –
Por ello, en las redes sociales circula un texto que invita a jugar con cautela: “Más vale tu celular, y más aún tu vida, que un Pokémon”, reza el mensaje, ilustrado con dibujos de la caricatura japonesa que inspiró la aplicación, lanzada en Venezuela el 3 de agosto.
La advertencia forma parte de la campaña “Atrápalos con seguridad”, impulsada por organizaciones de jugadores.
“Nuestro primer enfoque fue hacer una campaña de seguridad”, explica a AFP Luis Vargas, comerciante de 30 años y promotor de la cuenta de Twitter @PokemonGo_Vzla.
Los cazadores salen en grupo en ciudades como Caracas, Valencia o Maracay para protegerse de la delincuencia, y prefieren sitios públicos y zonas con presencia policial, comenta Vargas.
Carlos Reina, de 22 años y administrador de la cuenta @PokemonGo_Ccs, subraya que los jugadores se las arreglan para “salir adelante”, si bien les recomienda cuidarse y respetar a los transeúntes.
Reina ha conseguido unos 40 ejemplares. Su preferido: Electabuzz, de apariencia felina y con el símbolo de un rayo en el pecho.
Su mamá, Leida Castillo, lo acompaña en algunas cacerías. “A veces me quita el teléfono para ponerse a jugar”, cuenta el joven, carcajeándose.
“La cosa es bastante divertida y un entretenimiento sano en un país como el que tenemos”, se justifica la madre.
– Pokepolítica –
Cerca del hogar de Fragoza queda el Cuartel de la Montaña, que alberga la tumba del expresidente Hugo Chávez (1999-2013), quien se acuarteló allí durante el fallido golpe de estado que encabezó en 1992.
Tres paradas de Pokémon Go para las cacerías se ubican en el monumento -templo del chavismo-, cuenta el universitario.
Paradójicamente, el presidente Nicolás Maduro -heredero político de Chávez- sostiene que ese juego fomenta una “cultura de la violencia” entre niños y jóvenes.
Además, Pokémon Go ha quedado en medio de la diatriba partidista.
Al parlamentario opositor Freddy Guevara se le ocurrió la semana pasada subir a Twitter una foto de un Pokémon que atrapó en el hemiciclo mientras esperaba el inicio de sesiones.
“Hay gente que no agarra esos bichos en las calles, sino en su lugar de trabajo y son tan descarados que lo dicen”, criticó el número dos del oficialismo, Diosdado Cabello. “Por eso es que más nunca volverán a gobernar”, agregó.
Pero también seguidores de la oposición lanzaron dardos contra Guevara.
“Por estar jugando, llevan lo que va de año tratando de sacar a Maduro (del poder mediante un referendo revocatorio) y nada”, se quejó alguien en Instagram en la avalancha de recriminaciones.
AFP