Definitivamente este es un gobierno que no da pie con bolas en ninguna de las medidas que impone y que para combatir la supuesta guerra económica que se inventaron para evadir su gran responsabilidad frente a la peor crisis económica jamás vivida en nuestro país. No les importa llevarse por delante un país en su totalidad, con tal de ejecutar medidas populistas meramente, que inducen al aumento de la inflación por la inconsistencia estructural, lo que avisora desde ya, más hambre a la vista, y la agudización de la crisis humanitaria.
Nicolás Maduro anunció el pasado 12 de agosto, el aumento en un 50% del salarío mínimo y del Bono de Alimentación, quedando el sueldo base en 22.576, 5 bolívares, y el bono de alimentación en 42.480 bolívares, lo que viene a significar un ingreso mensual de 65 mil bolívares. Sin embargo, y frente a una inflación que galopa en un 700%, no significa ningún alivio para los trabajadores, porque los precios de los alimentos y las medicinas se disparan diariamente, así como la economía de los bachaqueros creada en revolución.
Este aumento inconsulto y violatorio de los convenios con la OIT, significa el cierre inminente de cientos de pequeñas y medianas empresas, tomando en cuenta que un incremento de esta magnitud, no es viable solo a través de un anuncio en cadena nacional, sino que hay que hacer un estudio sincero con las partes afectadas para sobrellevar la carga, pero este es un gobierno que le cerró las puertas al diálogo al sector empresarial y sólo pretende aniquilarlo con medidas extremas, improvisadas y absurdas. No obstante, aquí no hay inamovilidad que valga frente a futuras empresas quebradas que comenzarán a bajar sus santa marías, ante la imposibilidad de cumplir con el aumento.
Según los analistas y expertos en economía, este nuevo aumento de salario, no compensa la inflación pasada y genera inflación futura. Es decir, desde el Ejecutivo se afirma que el incremento del sueldo mínimo es para proteger el bolsillo de los trabajadores de la supuesta guerra económica, pero esta medida tendrá un fuerte impacto en la inflación y en la pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos, debido a que no se resuelven los problemas estructurales de la economía nacional con este aumento compulsivo del salario.
Aparte de todos los males, esta estrepitosa caída del poder adquisitivo agudiza la inseguridad alimentaria, y por ende traerá más hambre y enfermedades producto de la desnutrición y por la falta de ingesta de alimentos con contenidos proteicos y calóricos, requeridos para la salud.
Es de resaltar que el incremento es de Bolívares 65 mil, pero el valor de la canasta básica se ubicó en Bolívares 365.101.19 en junio, por lo tanto este aumento no es cónsono con la economía dolarizada que enfrentamos con un sueldo en bolívares, lo que es un déficit importante sin lugar a dudas. Dios nos agarre confesados, porque con todas estas medidas impropias y sin planificación, lo que se avisara es más crisis y pobreza a la vista.
Andrés Eloy Camejo
Diputado a la Asamblea Nacional
Acción Democrática
@AndresECE