En las visitas por las comunidades del Estado Anzoátegui, hemos observado que la gente está alicaída, desesperanzada y sin futuro, lo que dicen es: “esto no va a cambiar”.
Estudiosos del comportamiento social del venezolano como Axel Capriles y Ángel Oropeza, han señalado que ese comportamiento se debe a que la revolución ha montado una calculada guerra psicológica. El régimen revolucionario intenta provocar en la resistencia opositora, el conocido proceso en línea de “Psy-War”: CONFUSIÓN-DECEPCIÓN-FRUSTRACIÓN-ADAPTACIÓN. En este segmento el régimen aplica un ataque psicológico de “Destrucción de la Mentalidad Despierta”.
Según estudiosos de la materia, este comportamiento inducido, tiene varios ingredientes: 1. Manipulación de las Leyes (se aplican leyes y decretos con el apoyo de unos poderes públicos sumisos); 2. Ocultar la Reacción Neurálgica (desmoraliza a quienes reaccionan atropellándolos, metiéndolos presos, botándolos del trabajo…); 3. Guerra de Sensaciones atacando todas las áreas: Gente de Petróleo, Militares Democráticos, Fuerza
Armada Nacional, Sociedad Civil, Empresarios, Medios de Comunicación,
etc., para que los opositores experimenten la sensación de que no hay
más nada que hacer, que no tienen salida, para desmoralizar.
En mi opinión hay dos realidades:una que refleja ese comportamiento de que “no se puede”y que se encuentra anidado en la cultura política del venezolano como consecuencia del alejamiento de la sociedad con las estructuras de poder, llámense poderes públicos o partidos políticos. La gente se ha sentido sola porque el poder se ha disputado entre cúpulas y la sociedad lejana y distante sin forma parte de la hechura del orden social, ni de la visión de las ciudad y menos de las obras que se necesitan para hacerla realidad. Tanto es así que parte importante de la sociedad venezolana sintió que era imposible salir de Pérez Jiménez, sino se monta Fabricio Ojeda a organizar ese polo de fuerzas no lo logran, luego se pensó que no se podía salir del bipartidismo Ad-Copei, y ahora la gente piensa que la revolución llegó para quedase, que son invencibles y que nadie puede con ellos.
La otra realidad es que como bien dicen los estudiosos, la evolución colocó una puesta en escena perversa para que la sociedad sienta que no hay salida, lo cual agudiza la desesperanza.
Ahora de cara al referéndum revocatorio todos los personeros del gobierno dicen que “no va”, que la MUD cometió fraude y que el 01 de septiembre en Caracas habrá francotiradores, para amedrentar a la sociedad que no exija cívicamente sus derechos.
Esta fábula revolucionaria hay que desmontarla. Estas acciones que laceran nuestra sociedad deben combatirse, por la necesidad de cambio hacia otro estado de cosas, hacia un sistema político que permita la institucionalización del país que represente una verdadera democracia participativa y protagónica, en la cual se respeten los instrumentos de participación ciudadana en la gestión pública.
De esta manera, sin optimismos infundados, la resistencia opositora debe estar alerta a estas manipulaciones revolucionarias que desalientan y combatir la desesperanza con: acompañamiento, fuerza, fe, valor, esperanza, ideas, proyectos…que active a la sociedad, para lograr los cambios que necesita el país y que podamos salir de esta pesadilla en paz y en democracia.
Carlota Salazar Calderón
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@carlotasalazar