Rio-2016 se despidió con una exuberante fiesta de samba y carnaval, sazonada con la algarabía de los brasileños por haber conquistado los oros que más ansiaba, en fútbol y voleibol. ¿Pero se despidieron los escándalos de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica?
“Fueron unos Juegos maravillosos, en la ciudad maravillosa”, declaró el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, antes de que se apagara en forma definitiva la llama olímpica en el mítico estadio Maracaná.
Ante unas 70.000 personas, Bach dijo que los Juegos de Rio dejan “un legado único para generaciones venideras” en Rio, que sobre todo apuntó al transporte, un dolor de cabeza diario en esta ciudad atestada de autos.
La nostalgia y la danza invadieron el Maracaná, con las escuelas de samba anticipando el famoso carnaval carioca.
Y Rio, la ciudad de las playas y el baile, le pasó la posta a la más formal y estructurada Tokio, para los Juegos de 2020 en las antípodas.
“El gobierno japonés trabajará duro para ofrecer las mejores Olimpíadas jamás vistas”, dijo el primer ministro nipón Shinzo Abe.
La llama del pebetero del Maracaná se apagó, pero no se extinguieron las controversias.
– La llama del escándalo –
A pocas horas de la ceremonia final volvió a irrumpir el escándalo por la venta ilegal de entradas por el que fue acusado y detenido el jefe del olimpismo europeo, Patrick Hickey.
La policía brasileña confiscó los pasaportes de tres funcionarios del Comité Olímpico Irlandés (OCI) acusados de estar involucrados en una red de reventa ilegal de entradas para los Juegos de Rio.
Hickey, que también es presidente de los Comités Olímpicos Europeos, está encarcelado en una prisión de alta seguridad y debería declarar ante un juez el próximo martes, según adelantó este domingo el presidente del COI, Thomas Bach.
La policía acusa a los sospechosos de montar un esquema para embolsarse unos tres millones de dólares con la reventa de entradas. Por ejemplo, por boletos para la ceremonia de inauguración que costaban 1.400 dólares, la red los revendía por 8.000.
– Oro en las maletas –
Y Estados Unidos se vuelve con las maletas cargadas de oro, 46, de un total de 121 medallas, afianzándose como la potencia deportiva mundial.
Lo novedoso es que Gran Bretaña, con su barrida en ciclismo, desplazó a China -que tuvo sus peores Juegos Olímpicos en 20 años- del segundo lugar del medallero (27 oros).
Y pese a la exclusión de más de un centenar de sus deportistas por estar involucrados en acusaciones de dopaje, Rusia siguió en el cuarto lugar del medallero.
“No hubo un solo día sin medalla (para Rusia). Estoy muy satisfecho”, se congratuló el ministro de Deportes ruso, Vitali Mutko, en declaraciones divulgadas por la agencia Interfax.
Entre los latinoamericanos, Brasil cumplió la ley del anfitrión e hizo una buena barrida de siete oros, dos de ellos los últimos y más deseados: el fútbol con Neymar regalando a sus compatriotas el único lauro en fútbol que no tenía, y el voleibol, el segundo deporte más popular del gigante sudamericano.
Cuba fue segunda con un pobre balance de 5-2-4 y Colombia cerró su mejor participación en el tercer lugar con 3-2-3.
Caterine Ibargüen, en el triple salto; Mariana Pajón, en ciclismo BMX, y Óscar Figueroa, en la halterofilia, le entregaron tres medallas de oro al país del café y el vallenato, superando en dos doradas la producción de Londres-2012 y Sídney-2000.
Argentina se puede dar por bien servida por los tres oros que se llevó gracias a la judoca Paula Pareto, el equipo masculino de hockey sobre césped y los veleristas Santiago Lange y Cecilia Carranza en la clase Nacra 17.
Con esos títulos se mejoró en dos la campaña de Londres-2012 y se igualó con el número de doradas de Amsterdam-1928, Los Ángeles-1932 y Londres-1948.
América Latina celebró 19 sueños dorados en los Juegos Olímpicos de Rio-2016, seis más de los que se cumplieron en Londres hace cuatro años, y coronó a figuras o equipos desconocidos como la puertorriqueña Mónica Puig en tenis, el equipo argentino de hockey de hombres y el pertiguista brasileño Thiago Braz. AFP