A la baja producción de la planta Orinoco Iron en Guayana (Bolívar) y la paralización de tres de sus cuatro trenes por falta de repuestos y maquinaria, se le suma la producción de briquetas con calidad por debajo del 70%, lo que incidiría en su clasificación en los estándares internaciones. Así lo explicó Orangel Palma, representante del Movimiento Sindical de Base (Mosbase) y del Movimiento Once.
Nota de prensa
Palma señaló que debido a la merma en la producción del único tren operativo en la planta, que antes podría procesar un total de 105 toneladas de mineral por hora para producir 1.500 toneladas de briquetas al día, ahora solo recibe 50 toneladas de mineral por día lo que repercute en un producto de baja calidad que debe ser ligado con otros para poder ser vendido en los mercados.
La situación obedece, según explicó el vocero, a la falta de mantenimiento y al uso no adecuado del personal, tras la implementación del mecanismo denominado “uso de los propios recursos” por parte de la directiva de la planta, lo que significa que en vez de tener trabajadores especialmente dedicados al mantenimiento para hacer paradas efectivas, se prescindió de esta mano de obra y solo se utiliza a los mismos trabajadores de otras áreas para que apliquen ese mantenimiento, a cambio de un pago extra.
Palma agregó que, en el caso de la maquinaria, se reciclan repuestos para colocárselo a otras máquinas, lo que significa que no saben cuando pueda volver a funcionar los tres trenes que están paralizados. Aseveró que esta condición pone en riesgo el estado físico de los trabajadores y los somete a peligros dentro de la planta, por lo que emplazó al presidente Wilfredo Villarroel y al Jefe de Operaciones, Juan Brazón a cesar este mecanismo y hacer un mantenimiento efectivo.
Desmejorados
En materia laboral, denunció que existen dos sindicatos que no están legitimados (Sintraori y Sutrametal) quienes negocian convenciones colectivas de manera ilegal, mientras que el patrono se niega a acatar el aumento presidencial del 50% y mantiene deuda de los dos últimos aumentos presidenciales del 30%.
Detalló la precariedad económica que padecen los trabajadores, quienes a causa de los bajos sueldos y la merma en beneficios socioeconómicos se ven imposibilitados de acceder a bienes y servicios básicos y pagar una canasta alimentaria que ya está por encima de los 300 mil bolívares.