Genios como Thomas Edison, Albert Einstein o Stephen Hawking se sintieron fuera de lugar mientras estuvieron en la escuela: su falta de interés les llevó a creerse fracasados e incomprendidos. Más tarde, todos ellos descubrieron que tenían algo que aportar al resto de la humanidad, desde la bombilla hasta la teoría de la relatividad.
Buscar lo que nos hace sentir plenos: Ser bueno en algo no significa dejar de esforzarnos. De hecho, dar por sentado que eres somos los mejores puede estancar nuestro progreso.
La clave principal: disfrutar de nosotros mismos: Disfrutar de las oportunidades que hemos buscado es una de las claves de nuestro éxito, basta que nosotros estemos contentos con el resultado.
Percibir nuestro trabajo de forma negativa suele tener que ver con la falta de alguno de estos factores. Ello no es razón para castigarnos y, mucho menos, para menospreciar lo mucho que valemos.
Por ello, si sientes que aún no has encontrado esa parcela cómoda de tu vida, no tengas miedo: cambia aquello que te hace percibirte de forma negativa y da los pasos que necesites.