Hace dos días el dictadorzuelo empleó un lenguaje inaceptable en contra del presidente de la Asamblea Nacional, nombrándole la progenitora en cadena de televisión. Maduro piensa que ese lenguaje lo hace popular entre el pueblo pero ya hemos visto que el pueblo lo desprecia. Sacarlo de la presidencia, hacer que su pandilla deje de saquear al país es un imperativo moral, social y político.
Quienes nos hemos ausentado de Venezuela por no aceptar vivir bajo la cursi dictadura chavista hemos podido escapar a la angustia de vivir en un país donde predominan el crimen y la escasez de alimentos y medicinas, pero no podemos evitar la vergüenza que sentimos de tener en la presidencia a una basura como Nicolás Maduro. Cuando nos preguntan de dónde hemos venido, decimos que desde Venezuela, pero sin el orgullo de antes, cuando tuvimos presidentes dignos como López Contreras, Medina, Betancourt, Leoni y Caldera, quienes le dieron lustre a nuestro país.
Pedimos al mundo que nos apoye en nuestros esfuerzos por salir de esta pesadilla y por volver a ser un país civilizado y cordial. Viví y fui muy feliz en Venezuela por 70 años, con relativamente breves temporadas en el exterior. Ahora tengo 13 años fuera de una tierra que me es extraña.
La Venezuela que conocí y amé se me fue para siempre.