El Gobierno venezolano informó hoy el inició de la exploración en el Arco Minero del Orinoco, una zona del sur del país rica en oro, coltán, diamantes, hierro, bauxita y otros minerales.
EFE
“Ya hemos iniciado la fase conceptual y dogmática de lo que es la exploración, prontamente iniciaremos ya con la etapa del levantamiento gravimétrico o aeromagnético conforme a cada una de las etapas de este gran proyecto”, detalló el ministro para el Desarrollo Minero Ecológico, Roberto Mirabal.
Mirabal explicó que primero debe explorarse la zona para conocer la cantidad de recursos que hay en la misma y, una vez determinadas las reservas, estas se certifican para que “también tengan una implicación económica en el país”.
Las empresas que participarán en las actividades relativas al Arco Minero del Orinoco serán de tipo mixto, donde el Estado venezolano es accionista mayoritario y “tiene el control de la toma de decisiones”, mientras otros elementos de inversión como compañías privadas ejercen una participación minoritaria, explicó el ministro.
Venezuela ya ha firmado memorandos de entendimiento para la certificación de las reservas del Arco Minero del Orinoco con empresas de Angola, Namibia y China.
El Arco Minero del Orinoco es una zona que ocupa aproximadamente 111.000 kilómetros cuadrados y fue calificada por el Gobierno venezolano como “zona de desarrollo nacional” porque el Estado tiene el interés de desarrollarlo “para el beneficio de todos los ciudadanos”.
Para poner estos recursos “al servicio del país”, Mirabal indicó que primero el Estado “debe controlar” la actividad, “regularizar todos los sujetos que hoy en día están desarrollando esa actividad” y exigirles el uso de técnicas “ambientalmente adecuadas para que el proyecto sea sustentable” a lo largo del tiempo.
En la orilla sur del Orinoco se estima la presencia de ricas reservas en coltán, mineral clave para la industria tecnológica actual, y en diamantes (de unos 33,8 millones de quilates), según el ministro venezolano de Petróleo y Minería, Eulogio del Pino.
Se calcula que estas reservas minerales, en caso de confirmarse, convertirían a Venezuela en la segunda mayor reserva mundial de oro (actualmente es la decimocuarta), multiplicando las 400 toneladas actuales por diez.