En foro llevado a cabo recientemente en un centro universitario del país, el profesor y analista internacional Daniel Merchán se refirió a la cumbre de países no alineados que tendrá lugar en la isla de margarita del 13 al 18 de septiembre, en la cual Venezuela tomara las riendas de dicho movimiento, pero que según destacó no va producir mayores cambios en la visión y criticas que se le hacen al gobierno venezolano desde espacios como la ONU, OEA, Mercosur, Unión Europea, Unasur, entre otros, atravesando uno de los peores momentos en materia de política exterior.
Nota de prensa
“La cumbre de países no alineados no va a cambiar la visión del mundo en desarrollo sobre Venezuela, por el contrario es una medida desesperada del gobierno venezolano para encontrar algo de apoyo en la comunidad internacional, donde ya vienen dando tropiezos por la crisis humanitaria que se vive en el país, ampliamente discutida en la ONU, OEA, Mercosur, Unasur, Unión Europea, en las organizaciones no gubernamentales de DDHH como Human Rights Watch o Amnistía Internacional ante el debilitamiento del estado de derecho en las instituciones publicas de nuestra nación, de hecho de los países miembros son pocos los mandatarios que confirman asistencia y han optado por enviar representaciones de mediano nivel para evitar compromisos adicionales con el gobierno de Nicolás Maduro, que a su vez le ofrece escasas garantías de estabilidad a múltiples de sus otrora aliados incondicionales, debido a la profunda crisis política y al desvanecimiento trepidante de la economía venezolana”.
Merchán, asesor parlamentario y consultor estratégico se refirió de igual modo a las enormes contradicciones de esta cita diplomática para un país en crisis, resaltando algunos aspectos “Otro de los grandes problemas de esta cumbre es la inexistente pertinencia que tiene en la actualidad, estamos hablando de un movimiento que esta en decadencia, pues carece de vigencia en la modernidad ya que fue producto de la época de la guerra fría, y su funcionalidad hoy es día solo simbólica.
Además, el Gobierno decidió gasta 150 millones de dólares en la organización de este encuentro, movilizar 14000 funcionarios de seguridad en la isla, y traer alimentos importados vía la aerolínea solar cargo, todos elementos que le dan la espalda a los padecimientos de los venezolanos en búsqueda de productos básicos y protección ciudadana, en medio de una crisis social sin precedentes, para una cumbre que solo dejara una victoria ficticia para el gobierno, que muy pronto pasara al olvido, cuyo saldo será otro hoyo enorme en el gasto publico y una andanada de discursos que poco y nada servirán para resolver las vicisitudes del pueblo venezolano, y que tampoco cambiaran el destino de un régimen vapuleado en popularidad y en agonía terminal.”