Esta semana las redes sociales fueron sacudidas mostrando una vez más la precariedad en la que se encuentran los hospitales en el país. En esta oportunidad fue por la estremecedora imagen de bebés, recién nacidos durmiendo en cajas de cartón, como resultado a la insuficiencia de incubadoras en el Hospital Domingo Guzmán Lander, en el estado Anzoátegui.
Lo que es más lamentable de esta imagen es que la deficiencia hospitalaria es una realidad a nivel nacional, donde a diario nuestros médicos y enfermeras deben hacer milagros para trabajar con lo poco que tienen y tratar de prolongar la vida de sus pacientes. Y es que en los centros de salud la escasez de medicinas ya está cerca del 80%, por esta razón hasta para la más mínima intervención los hospitales los pacientes deben llevar desde los guantes hasta las suturas para poder garantizar ser atendidos.
Esta no es la primera vez que denunciamos la insuficiencia hospitalaria, la falta de medicinas y aplaudimos las labores heroicas que a diario realizan enfermeras y doctores, pues a pesar de que no estamos en guerra, nuestros centros de salud parecen estarlo. Pero también es cierto que esta tragedia se puede evitar, ya nuestra hermana Lilian Tintori ha recaudado toneladas de medicinas e insumos médicos que no se consiguen en el país, y que el régimen impide que entren a Venezuela.
Lo más lamentable de todo es que el régimen, que sigue hablando de la guerra económica como la causante de todos los males, se acaba de gastar 200 millones de dólares para celebrar en la isla de Margarita la cumbre de los Países No Alineados. Con el único propósito de hacer una pantalla a la opinión internacional, para hacerles creer que todo está bien y tratando de ocultar realidades como las inmensas colas que se hacen en los mercados, que casi 15% de venezolanos hurgan en la basura para tratar de conseguir alimentos y otros tantos mueren de mengua en hospitales sin insumos.
Sabemos que atravesamos momentos difíciles, pero no podemos descansar porque precisamente esas realidades que nos deprimen son las que tenemos que cambiar. Por ello no podemos descansar, ya lo decía Leopoldo López, el que se cansa pierde y nosotros no estamos dispuestos a perder a Venezuela. Así que si nos caemos, debemos levantarnos, sacudirnos la tierra y seguir adelante porque si de algo estamos seguros es que siempre se hace más oscuro antes del amanecer y en nuestro país amanecerá muy pronto, porque ya viene La Mejor Venezuela.
Aarón Rodríguez Moro – @RodriguezAaron