Carta de Leocenis García a la Jueza que lleva su caso

Carta de Leocenis García a la Jueza que lleva su caso

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El preso político, Leocenis García, envió una carta pública a la juez del tribunal 11 de Juicio, milagros Herrera, a la acusó de estar coludida contra mí, aunado a ser una juez delincuente, rea contumaz del delito. Asimismo, la incriminó de estar lejos de impartir justicia sino al contrario de ser una subversiva del derecho.

A continuación la carta completa.

Abg. Milagros Herrera Abache
Juez del Tribunal 11 de Juicio
Causa 11j-821-14
Asunto: Muy urgente

Yo, Leocenis García, debidamente identificado en la causa 11j-821-14 que lleva su tribunal, cédula de identidad 16.616.218, plenamente facultado por el Código Orgánico Procesal Penal para solicitar dirigencias ante el Tribunal, acudo ante usted para lo siguiente:
Me encuentro arrestado en el Servicio Bolivariano de Inteligencia, la policía secreta de mi país adscrita al Poder Ejecutivo, concretamente a la vicepresidente de la República, por resolución desde octubre de 2012, firmada por el entonces Jefe del Estado en ese entonces, Hugo Chávez Frías. El arresto lo cumplo aquí por disposición del tribunal que usted dirige. Como usted sabe, después que el dirigente político Julio Chávez me acusara públicamente de estar conspirando para desestabilizar supuestamente el gobierno de mi país, el Ministerio Público abrió averiguaciones contra quien suscribe. Dicho expediente inició con un patriota cooperante, una suerte de hechicero con el poder de ver el futuro, que le permitió pre visualizar un plan de desestabilización del gobierno que yo ejecutaría. El Ministerio Público promovió el testimonio de varios testigos protegidos, uno de ellos de nacionalidad colombiana de nombre Edwin Arnulfo Osorio, que usted tiene protegido con cédula 14.322.044, el cual dice que “Leocenis García quiere ser presidente de la República”, esto ante las preguntas, supongo, en concordancia con el patriota cooperante, que hace el Ministerio Público. Cuando le preguntaron “Diga usted cómo Leocenis García conseguirá el fin de ser presidente”, él testigo confiesa “haciendo sancochos en los barrios de Caracas”. Los otros testigos son un CICPC acusado de tráfico de drogas, de nombre Luis Rojas Lozano, que en una de las partes del expediente, dice ser hermano por parte de padre del testigo Edwin Osorio y pide protección adicional porque teme por su vida. En el propio expediente, de manera encubierta, participa el locutor preso por extorsión en 2007, conocido como el “Gordo” Ramírez o Rafael Ramírez. Con esta novela, aunado a que nunca se citó, a pesar de que se pidió en tiempo oportuno al dueño de una cuenta que usted me endosa, el señor Raúl Gorrín, dueño de Seguros La Vitalicia, se montó todo un proceso judicial basado en la cooperación política del poder judicial y del proceso de interpretación y aplicación de las leyes, una característica que comparten las experiencias del nacional socialismo y el marxismo. Las arbitrariedades y los abusos continuos auspiciados desde que esta causa llegó a su tribunal, es parte del proceso de vergüenza y corrupción y de la mentira instalada en el poder judicial, que es en síntesis doctora, la simulación de la legalidad y el fraude legalmente organizado donde las instituciones se entienden no por aquello que está escrito en las leyes, sino por lo que se lee entre líneas de estas. Allí se da entonces el fraude constitucional, que establece que no es la norma la que prevalece, sino el servicio a la corrupción para sus fines aviesos.
Entonces los jueces, como los juristas del horror al servicio del nazismo del que hablaba Ingo Muller, desnaturalizan las leyes y distorsionan el Estado de Derecho bajo la ilegalidad legalizada. Paso a detallar todos los abusos que usted ha cometido. Lo hago en el ejercicio del derecho a rebelión y desacato, porque cuando quienes deben garantizar los Derechos Civiles, por el contrario los violan, y quien administra el Código Orgánico Procesal no lo toma por catecismo, sino que tuerce la norma, surge en la víctima procesada el derecho a la rebelión y al desacato. Así como el que mata a un ladrón que entra a su casa no es un asesino, sino que ha ejercido el derecho a su legítima defensa, aquel que desobedece a un juez deliberadamente, no comete delito sino que ejerce el derecho cabalmente.
Cómo pudo usted, después que se había celebrado una audiencia preliminar y tomado una decisión de que pruebas sí y que pruebas no iban al juicio, abrir nuevas oportunidades para el Ministerio Público para expropiar 6to Poder, un medio de comunicación que para ser cerrado, tenía que tener la autorización de la Contraloría General de la República por su carácter de servicio público. Y no solo eso, sino afectar al abogado Pedro Aranguren, que era abogado de mi defensa y de la compañía como testigo necesario para las llamadas medidas de incautación. Semejante disparate no se ha visto ni en las cortes judiciales más atrasadas del Congo y Zimbawe. Cómo usted permitió sin pronunciarse a pesar que dicha solicitud se le hizo en tiempo oportuno, sobre los bienes que fueron saqueados del Grupo 6to Poder y sobre un inmueble en La Lagunita a nombre del señor Pedro Aranguren a la orden del tribunal. Cómo podía usted permitir tal cosa si no hay sentencia, dónde queda la presunción de inocencia. Qué pasa si mañana el juicio absuelve a la víctima, dónde iremos a buscar las sillas, computadores y la imagen de San Miguel Arcángel saqueadas bajo su complicidad. Nadie tendría dudas que así esto constituye un robo, pero con su complicidad doctora, es una juez delincuente, sin dudas. Qué hizo usted cuando al cumplir su orden de impedir que nuestro medio circulara, se prohibió durante 72 horas al periodista Gregory Quiñones, director de la publicación. Qué hizo usted para proteger el derecho a la alimentación a mis dos hijas Laura García de 12 años y Sofía Isabella de 2 años, cuando usted congeló todas mis cuentas y no me permitió proseguir con su manutención, violentando la Ley Orgánica de Protección al niño, niña y adolescente. Usted pasó así a sopesar los derechos difusos del Estado por encima de los Derechos Tangibles de dos menores de edad, actuando no como juez, sino como delincuente. Cómo permitió usted como si fuera una incidencia, el hecho que un general, el director de la Policía Nacional, le enviara una carta pidiendo la revocatoria de la medida, presidido de la frase Patria Socialismo o Muerte, algo que no puede hacer sino el Ministerio Público. Cómo usted no se pronunció y ordenó desbloquear una cuenta financiera para pagar a los trabajadores de 6to Poder que quedaron en la calle, una vez más poniendo los derechos difusos del Estado por encima de los Derechos Tangibles de los Trabajadores. Una vez más usted actuó como una delincuente. Usted no ha actuado como juez imparcial. Usted ha sido la “ve, corre y dile” de una fiscal reo del delito, despreciada por el país, escupida en los restaurantes, por su actuación en el caso del dirigente Leopoldo López, mío también, de nombre Narda Sanabria.

Usted me revocó la medida arguyendo incomparecencia ante el Tribunal, a alguien que ya estaba preso, sometido a la fuerza y violencia ilegítima del Estado. La jurisprudencia de incomparecencia ante el Tribunal solo es aplicable en el caso al acusado que goza de medidas cautelares de libertad, no a alguien que ya está preso y cuya movilidad depende de la custodia y no del reo. Allí la jurisprudencia que aplica es la de desacato a la orden de un tribunal por parte del órgano judicial de custodia, que es el responsable del traslado del preso. Bajo el disparatado raciocinio que usted hace, un policía que ha apresado a un ladrón en flagrancia, pudiera argumentar que el ladrón se negó a ponerse las esposas y por eso se escapó. O peor aún, podría mandarme usted para la Rotunda si un traslado no se cumple, estando yo preso en el SEBIN, porque un preso tiene más fuerza -según usted- que veinte hombres armados hasta los dientes. Usted en mi último traslado intentó hacer el juicio cuando las piezas del expediente estaban en una corte de apelaciones próximas a pronunciarse. La única forma de entender que usted quisiera hacer el juicio en esas condiciones es que usted estuviera chiflada o no tuviera ningún conocimiento serio del derecho. Como iba hacer usted un juicio sin expediente, como lo iba a pedir a la Corte de Apelaciones si la corte estaba por pronunciarse. Esto es un juicio de legitimación sin bienes ni dinero. El equivalente a un juicio de robo sin ladrones. Dónde están los movimientos y supuestas cuentas millonarias, dónde está el supuesto plan de desestabilización orquestado por Álvaro Uribe con el cual yo supuestamente derrocaría al gobierno, doctora. Dónde están mis Yates, limosinas y propiedades. Creo que usted me confunde con los boliburgueses del gobierno al que usted sirve.
Por todo esto, la acuso de estar coludida contra mí, aunado a ser una juez delincuente, rea contumaz del delito. La acuso de estar lejos de impartir justicia sino al contrario de ser una subversiva del derecho. De no impartir el orden procesal sino de crear el caos, el desorden y la anarquía en un expediente a todas luces prostituido. Y por tanto constitucional y procesalmente pido su separación de la causa que se me sigue, porque no iniciare juicio con usted, pido en justicia un juez no una delincuente al servicio de ese eufemismo que llama la justicia revolucionaria. Usted ha decidido estar al servicio de Michael Corleone el mafioso de las novelas de la mafia y no de los nobles juristas que crearon el derecho.

A los 21 días del mes de septiembre de 2016.

Leocenis García.

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