FERTILAB, unidad pionera en medicina reproductiva en Venezuela, cumple 42 años en nuestro país brindando servicios asociados a la reproducción humana. Especialmente el de fertilización in vitro, que es un procedimiento de la unión de óvulos y espermatozoides que normalmente ocurre en la trompa, se hace in vitro, es decir en un laboratorio, explicó Bethania Aller, médico ginecoobstetra y presidente de la Sociedad Venezolana de la Medicina Reproductiva. Precisa que la tasa de éxito de este procedimiento es de 40% dependiendo del caso.
“Si la paciente, por ejemplo, tiene un factor edad y sus ovarios se han ido desgastando por la edad, pueden acudir a una ovodonación (donación de óvulos de una mujer más joven) incrementa la brecha de éxito se puede incrementar hasta un 70%. Las pacientes que están ligadas, que son sanas y sus esposo están bien, la tasa de éxito supera el 40% y oscila entre 60 y 70%”, agregó la doctora.
Aquellos hombres que tienen una cantidad y calidad espermática muy comprometida, “deben ir a un proceso de fertilización en el cual se inyecta el espermatozoide dentro del óvulo. Esos casos la probabilidad de éxito se reduce por la calidad de ese semen que no es óptima”.
Advierte, sin embargo, que aunque es un proceso de alta complejidad científica no es un proceso engorroso desde la experiencia individual del paciente o la pareja que no puede concebir. “Hay pacientes que tienen problemas de fertilidad y nunca han venido por miedo. La verdad es que este proceso se parece mucho a una consulta ginecológica de esas que nos hacemos las mujeres una vez al año. Incluso los costos de esa consulta no difieren de una consulta rutinaria”.
Bethania Aller, especialista en fertilidad, explica que en el diagnóstico está la clave. “Se han presentado casos de pacientes con un problema tan tratables como la tiroides o simplemente como bajar los niveles de insulina con una pastilla, la paciente se embaraza. Hemos tenido pacientes que una vez conocidos sus diagnósticos completos, descubrimos que su esposo no tiene espermatozoides. De ahí la importancia de venir a la consulta, hacer una primera evaluación y los exámenes posteriores para dar con la causa de su problema y encontrar la solución.
La pareja se hace tres estudios básicos, enumera: “uno de sangre, uno de las trompas y el esposo un espermograma y ya con eso a la siguiente consulta, un mes o mes y medio después se puede empezar un tratamiento que puede variar, de acuerdo al problema”, agregó Aller, heredera del legado de su padre, el doctor Juan Aller, fundador del primer laboratorio que logró una fertilización in vitro en el país, a través de Fertilab
“Nos complace estar siempre a la vanguardia de las últimas innovaciones y tendencias en medicina reproductiva, para dar ejemplo de excelencia y dar la atención que nuestros pacientes merecen.” concluye la Dra. Bethania Aller.
Np