Un ex sargento de los Marines se sometió a un doble trasplante de brazos, luego de perder sus cuatro extremidades en una explosión de una bomba casera en Afganistán, y afirmó que la mejor parte de volver a tener brazos es poder tomar nuevamente de la mano a su prometida.
El sargento retirado John Peck se sometió en agosto a una cirugía de 14 horas en el hospital Brigham and Women’s, en Boston. El procedimiento involucró a 60 médicos, enfermeros y personal médico.
Sus brazos están cicatrizados y se mueven de modo extraño, pero cada día se sienten mejor sus nuevas extremidades, declaró este miércoles en una conferencia de prensa realizada en el hospital, su primera aparición pública. Está aprendiendo nuevamente a vestirse sin ayuda, cepillarse los dientes y alimentarse por sí mismo, a seis años de la explosión y dos años en la lista de espera.
La primera vez que tomó la mano de su prometida Jessica Paker tras la operación, ni siquiera pudo sentirla, pero dijo que era lo más importante para él en el mundo. “Es sin dudas un regalo especial”, afirmó, y agregó que ahora puede sentir la presión cuando ella lo aprieta. “Tengo manos. Tengo manos. Lo logré”, fueron sus primeras palabras a su futura esposa cuando se despertó de la exitosa cirugía.
Peck, de 31 años, probablemente necesite de 9 a 12 meses de rehabilitación antes de que los nervios sean completamente funcionales, dijo el doctor Simon Talbot, cirujano principal.
El ex marine, que perdió los brazos y piernas al detonarse una bomba cuando inspeccionaba una vivienda en busca de armas o insurgentes talibanes, afirmó que desde los 12 años aspira a ser jefe de cocina.
“Como resultado de la cirugía, podré seguir mis sueños”, declaró Por ello, ya puso manos a la obra, pero debido a que no tiene sensación completa en sus nuevas extremidades, tiene que ser cuidadoso de no cortarse o quemarse.
También, planea ir de visita a Francia o Italia para perfeccionar sus artes culinarias. “Puedo lograrlo fácilmente. Bueno, no tan fácil, pero puedo lograrlo, solo depende de mí, de qué tanto me esfuerce”.
Peck también agradeció al donante, cuya familia desea que permanezca anónimo. “Recordaré su generosidad y su regalo hasta el día en que muera”, subrayó.