Nathan Copeland, un hombre de Estados Unidos que había sufrido una lesión medular al nivel de las vértebras cervicales a causa de un accidente de tráfico hace más de una década -cuando tenía 18 años-, ha conseguido recuperar la sensación de tacto en la mano derecha gracias a varios chips implantados en su cerebro, reseño MuyInteresante.
Hablamos de microestimulación cerebral. Los investigadores responsables de este experimento, bioingenieros y neurocientíficos de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.) han presentado sus resultados en la Conferencia de Fronteras de la Casa Blanca de EE.UU. Su intervención, a pesar de estar en fase experimental, supone un avance tácito en la consecución de nuevas terapias para personas con parálisis parcial o completa.
Estudios anteriores se habían enfocado en estimular la señal motora que va del cerebro a las extremidades para controlar el movimiento de brazos robóticos. En este caso, los esfuerzos estaban orientados en recuperar la señal sensorial para restablecer la sensación del tacto; esto es, conseguir que un sistema robótico se mueva y sienta como un brazo natural.
Los cuatro chips implantados en el cerebro del paciente, del tamaño de un botón de camisa, fueron insertados en el córtex somatosensorial (dos de ellos) y en el córtex motor (los otros dos chips). Cada uno de los chips está dotado de decenas de microelectrodos de un milímetro y medio de longitud a los que se suministra una pequeña corriente eléctrica, estimulando ciertos puntos del cerebro.
A pesar de que queda aún un largo camino por recorrer, el paciente ha valorado como “posiblemente natural” la sensación de tacto en un 93% de los tests llevados a cabo en laboratorio; del resto, el 5% le pareció una sensación “bastante natural” y el 2% “bastante antinatural”, siendo capaz de distinguir también entre presiones fuertes y débiles aunque no entre frío y calor.