El dirigente de Voluntad Popular, Francisco Márquez, quien fue obligado el día de ayer a abandonar su país a cambio de su libertad escribió una carta pública desde el exilio titulada “Carta que le dejo a Venezuela” en donde denunció que su salida del SEBIN “no me dio la libertad sino un exilio forzado. Seguir en Venezuela implicaba arriesgar mi seguridad física y libertad. Los esfuerzos diplomáticos para mi salida del SEBIN no podían garantizar mi libertad si seguía con mis actividades de servidor público y activista político”.
A su juicio, la mayor prueba de que su seguridad ni libertad estaban garantizada es que ayer mismo encarcelaron a su compañero de partido Voluntad Popular, José Vicente García, “quien fue secuestrado por el SEBIN como ha ocurrido con tantos de nuestros compañeros”. Márquez aseguró que al salir del Helicoide “no podía sino pensar en todos los que seguían dentro de esas celdas. Mis compañeros perseguidos, presos y en el exilio. Me vino a la mente las injusticias que viví en carne propia y de las que fui testigo. Nunca me dejó de asombrar que lo que vivimos Gabo y yo en nuestro injusto encarcelamiento es un grano de arena en un desierto de miseria que azota diariamente a nuestro pueblo. No hay forma de medir el daño hecho por este sistema desgastado y autoritario”.
Márquez en su primera carta desde el exilio forzado reveló que luego de salir de la cárcel solo le dio tiempo de despedirse de sus abuelos sin saber si los iba a volver a ver por sus avanzadas edades. “Este 18 de octubre me tocó ver los ojos azules hermosos de mi abuela y despedirme. Despedirme sin saber si la iba a poder ver otra vez, sin haber visto mis amigos, o a la mayoría de mis familiares, ni a mis hermanos de lucha de partido y de la unidad”, escribió.
“En la cárcel vi lo mejor y lo peor del ser humano. Vi como otros presos compartían lo poco que tenían para que viviera con mas dignidad. Vi los actos de valentía diario para mantenerse fuerte frente a los abusos y tratos denigrantes. Presencié torturas y tratos inhumanos. Pero sobre todo vi a un aparato de justicia destruido por su parcialidad política y corrupción. La extorsión y el abuso era el pan de cada día. Quizás subrayo lo que ya tantos sabemos, en Venezuela la justicia también escasea”, aseguró.
A continuación el texto completo de la carta de Francisco Márquez desde su exilio
Carta que le dejo a Venezuela
Este 18 de octubre me tocó ver los ojos azules hermosos de mi abuela y despedirme. Despedirme sin saber si la iba a poder ver otra vez, sin haber visto mis amigos , o la mayoría de mis familiares, ni a mis hermanos de lucha de partido y de la unidad. Mi salida del SEBIN no me dio la libertad sino un exilio forzado. Seguir en Venezuela implicaba arriesgar mi seguridad física y libertad. Los esfuerzos diplomáticos para mi salida del SEBIN no podían garantizar mi libertad si seguía con mis actividades de servidor público y activista política. Para mayor prueba , el mismo día que me tocó salir del país encarcelaron a nuestro hermano de Voluntad Popular José Vicente García por luchar por su país. Fue secuestrado por el SEBIN como ha ocurrido con tantos de nuestros compañeros.
Al salir no podía sino pensar en todos los que seguían dentro de esas celdas. Mis compañeros perseguidos, presos y en el exilio. Me vino a la mente las injusticias que viví en carne propia y a las que fui testigo. Nunca me dejó de asombrar que lo que vivimos Gabo y yo en nuestro injusto encarcelamiento es un grano de arena en un desierto de miseria que azota diariamente a nuestro pueblo. No hay forma de medir el daño hecho por este sistema desgastado y autoritario.
Tuve la experiencia de estar preso en cuatro centros de reclusión, 7 celdas y tres organismos competentes diferentes. Conviví con presos comunes, presos políticos, personas inocentes y otras culpables.
En la cárcel vi lo mejor y lo peor del ser humano. Vi como otros presos compartían lo poco que tenían para que viviera con mas dignidad. Vi los actos de valentía diario para mantenerse fuerte frente a los abusos y tratos denigrantes . Presencié torturas y tratos inhumanos . Pero sobre todo vi a un aparato de Justicia destruido por su parcialidad política y corrupción. La extorsión y el abuso era el pan de cada día. Quizás subrayó lo que ya tantos sabemos, en Venezuela la justicia también escasea. Quiero compartir con este y futuros testimonios lo que significa vivir atrapado en este sistema de injusticia venezolana. Hoy más que nunca quiero seguir sirviendo a Venezuela. A veces nos preguntamos que hacer ante tanta injusticia, pero la respuesta a veces es más sencilla de lo que parece. Reside en recordar que el bien siempre triunfa sobre el mal, que cuando el clamor de un pueblo es tan estruendoso que traspasa toda frontera social , geográfica y partidista no hay despotismo que aguante. Este octubre tenemos una oportunidad única de activar el referéndum revocatorio. Es un momento de actuar desde nuestras convicciones de que el cambio en Venezuela no es algo opcional sino una necesidad que sacude el alma de nuestra nación. Desde donde esté cuenten conmigo para aportar mi grano de arena a Venezuela.
Muy atentamente Francisco Márquez