Lapatilla
En la historia de la humanidad el peor enemigo del hombre ha sido el hombre. Cada cierto tiempo afloran personalidades delirantes y déspotas, como Hugo Chávez o Adolfo Hitler, que dan un salto atrás en la evolución de los pueblos llevándolos a la ruina. Salto que es mortal y sangriento, como en Venezuela.
No ha habido catástrofe natural, terremoto, maremoto o huracán que haya causado más daño y muerte a la humanidad que la que los hombres se han causado a sí mismos a través de guerras, dictaduras o delirios ideológicos o religiosos.
Por ejemplo, en Venezuela no ha habido catástrofe natural que nos haya causado peor mal que la dictadura delirante –sin ideas, cuasi religiosa– llamada chavismo.
El voto o la bala
La solución más civilizada y menos barbárica que existe para dirimir conflictos sociales o políticos es el voto. Mucho sudor, sangre, lágrima y desvelo nos costó comprenderlo.
Pese a sus imperfecciones, la democracia es el sistema político más perfecto que ha creado el hombre. Sustituyó la fuerza bruta y la violencia por el argumento y la razón; las balas por los votos.
Desde su llegada al poder, el chavismo ha persistido en su afán de imponer su delirio totalitario –el socialismo del siglo XXI– con balas y violencia. Pervirtió el sistema electoral convirtiendo cada contienda democrática en un ejemplo de abuso, poca transparencia y fraude. No le interesa el voto, apuesta por la bala para imponer su delirio.
Así fue desde el inicio y lo seguirá siendo, a menos que lo derroquemos.
¿Lo intentaremos?
¿Cuántos muertos más?
El chavismo apareció en el horizonte político venezolano como un movimiento cuyo argumento principal eran las balas y la ferocidad torpe de los tanques de guerra. Su naturaleza es asesina. Por la espalda, a oscuras, disimulada pero malintencionadamente, dispararon contra venezolanos la madrugada del 4 de febrero de 1992 porque matan a mansalva. Lo siguen haciendo.
Aunque muchos de los asesinos de entonces ocupan en la actualidad gobernaciones y altos cargos en el tren dictatorial, hay uno que destaca por su cinismo corrupto y cruel, uno que se ha convertido en la mano negra de la persecución, la tortura y la muerte, uno que ha amenazado con matar a cuanto venezolano intente derrocar su régimen narcotraficante y corrupto. Me refiero al confeso asesino en serie del 4 de febrero: Diosdi Cabello.
¿Cuántos venezolanos asesinará para evitar su derrocamiento?
Fiesta mexicana, rock and roll o joropo
No puede caber ninguna duda de que el chavismo –y Diosdi– usarán las balas para impedir los votos, otra vez. No se contarán. No quieren dirimir el conflicto, quieren causarlo. Están perdidos. La democracia –los votos– fusilaría su tiranía.
Son el prototipo del peor enemigo del hombre (del venezolano). Inventarán –dictadura delirante– conspiraciones, fiestas mexicanas, operaciones de rock and roll y seguramente insurrecciones de joropo para arremeter contras las multitudinarias expresiones de descontento popular y masivas protestas que surgirán en los próximos días.
Sabemos que habrá arremetidas asesinas –es su naturaleza– pero mientras más gente haya en las calles protestando, mientras más ciudades se alcen y desafíen –¿ocupen?– los poderes dictatoriales, habrá menos derramamiento de sangre y más cerca estaremos del final.
Cada venezolano debe decidir entre protestar o doblegarse a Diosdi.
El mejor amigo de la humanidad, el hombre
Así como el peor enemigo de la humanidad ha sido el hombre, también ha sido su mejor amigo. En Venezuela tenemos muchos casos que así lo demuestran. La Unidad de los últimos días encarece nuestra convicción y nuestra esperanza; el país tiene buenos amigos no sólo enemigos catastróficos como Diosdi y sus chavistas.
La disposición a luchar juntos de Lilian Tintori, Mitzy Capriles, María Corina Machado, Leopoldo López, Henrique Capriles, Julio Borges, Freddy Guevara, Henry Ramos Allup y de los partidos Primero Justicia, Acción Democrática, Voluntad Popular y Vente, entre otros, nos anima e inspira.
Vienen las horas definitivas, unidos seremos invencibles.
El bien prevalecerá.
Los militares, ¿amigos o enemigos de Venezuela?
Los militares han jugado un rol fundamental en la historia de Venezuela. Igual como conquistaron nuestra Independencia y libertad, también subyugaron en momentos a nuestro pueblo. Combatieron y derrotaron a Fidel Castro y a las FARC, para posteriormente –con el chavismo– entregarse sumisamente a ellos.
Su rol ha sido ambiguo como amigos o enemigos de Venezuela. Mayoritariamente han sido amigos, pero con el chavismo se han convertido en peores enemigos. Tendrán una oportunidad de oro para reivindicarse. Pronto deberán escoger a quién apoyan: a los furibundos malandros de los colectivos y a su jefazo Diosdi Cabello o a millones de venezolanos que quieren que prevalezcan los votos y no las balas.
Nadie sabe qué harán, sólo ellos. Se acerca la decisión final. ¿Cuál será? Estoy convencido de que favorecerán los votos y no las balas. Si las calles se llenan de venezolanos protestando, si muchas ciudades se alzan y desafían a la dictadura, si actuamos de manera noviolenta y pacífica, los militares estarán de nuestro lado. Impedirán que Diosdi cometa una nueva masacre.
Saben que los chavistas le dispararon por la espalda el 4 de febrero a sus propios compañeros y los asesinaron. Recuerdan muy bien el origen de este desmadre.
¿Amigos o enemigos de Venezuela?
Pronto sabremos la respuesta.
@tovarr