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El pasado 5 de noviembre, un telescopio de la NASA pudo observar cómo un filamento magnético en el hemisferio norte del Sol se volvía inestable y estallaba. La explosión arrojó al espacio un “cañón de fuego”, una enorme onda hecha de radiación y viento solar, reseña Actualidad RT.
A su vez, afirman que las condiciones inestables en la superficie del Sol podrían causar estragos en los sistemas eléctricos y de comunicaciones de todo el mundo el 8 de noviembre.
Pero existe la posibilidad de que podamos esquivar esta tormenta. Como el pasado mes de octubre cuando la Tierra evitó una fuerte tormenta solar por muy poco.