“El cambio no depende de una jefatura de poder sino de quienes hagamos algo para hacerlo efectivo”, aseguró este jueves el presidente de la Comisión Permanente de Culto, Fomento e Impulso del Buen Vivir del Concejo Municipal de Libertador, Fernando Albán, durante la celebración del taller “Resolución de conflictos” en las instalaciones del Colegio de Ingenieros de Venezuela en Caracas.
Dicha actividad forma parte del programa “El Concejo va a la Escuela” que la instancia presidida por Albán dirige a educadores del Municipio Bolivariano Libertador. El también secretario nacional de Justicia Gremial de la organización Primero Justicia, explicó que desde que asumió su rol como edil de la ciudad capital se propuso acercar la Cámara Municipal a la escuela como ente formador de futuro.
“Por eso insistimos en que el cambio no depende de quienes ostentan el poder sino de lo que cada uno de nosotros pueda hacer para que sea efectivo. El cambio comienza con la siembra de valores, con formación, instrucción y educación. La cultura de paz es fundamental en un país donde desde las altas esferas del poder se promueve la apología del delito. Debemos entonces fomentar la tolerancia y el entendimiento”, señaló Albán tras destacar el rol primordial que los educadores tienen en la formación de nuestros niños, niñas y adolescentes, porque “la educación es el instrumento que permite a un pueblo ser libre y virtuoso”.
El abogado de profesión explicó que en estos casi 18 años de “revolución”, “la ausencia de valores y principios éticos y morales, ha relajado la convivencia social, las normas sólo funcionan para quienes adversan a los gobernantes y no para los transgresores de ellas; la venganza se ha sobrepuesto a la justicia; y la inmoralidad, el desenfreno, la corrupción, la depravación, la perversión y la maldad han sido erigidas como virtudes”.
Recordando algunas palabras de El Libertador Simón Bolívar durante el discurso inaugural del Congreso de Angostura -15 de febrero de 1819-, Albán dijo que “los venezolanos estamos más atados que nunca al triple yugo de la humanidad: la ignorancia, la tiranía y el vicio”, y en tal sentido concluyó señalando que para salir de este círculo vicioso hay que combatir desde el hogar, pero también desde la escuela, “la ignorancia, el ocio y la negligencia con conocimiento, habilidad, destreza y preparación; hay que lidiar contra la tiranía con democracia y libertad; y hay que batallar contra el vicio con decencia, honestidad, moral, probidad y recato”.