Las alarmas en la empresa hidrológica del estado, Hidrolara, se encendieron ya que la falta de sustancias químicas para la potabilización del agua en el estado Lara ponen en peligro la distribución de agua para los municipios Iribarren, Jiménez y Morán, reseñó El Impulso.
Una nota publicada en la página web de la empresa destaca que debido a la disminución en la distribución de sulfato de aluminio llevó a Hidrolara a disminuir el caudal de entrada hacia Iribarren, Jiménez y Moran.
“Las fallas en el suministro de esta sustancia iniciaron en el mes de octubre, cuando el despacho de gandolas hacia la planta de tratamiento Ciudad de Barquisimeto disminuyó de cinco a dos contenedores semanales. Sin embargo, Hidrolara contaba con una reserva de 25 cisternas ante cualquier eventualidad y mantuvo sin inconvenientes las normas de calidad regidas por organismos nacionales e internacionales”, reza la nota de prensa.
El sulfato de aluminio permite clarificar el agua potable ya que es un coagulante y por ello sedimenta los sólidos en suspensión, los cuales por su tamaño requerirán un tiempo muy largo para sedimentar.
“Estamos trabajando a 80% de nuestra capacidad instalada, eso quiere decir 640 litros por segundo menos de nuestra capacidad de bombeo. Eso genera bajo caudal hacia los municipios Morán, Jiménez e Iribarren a los fines de rendir el sulfato de aluminio que tenemos. Las últimas precipitaciones caídas sobre el embalse ha generado gran turbidez en el agua y por tanto hemos requerido con protitud la activación del químico”, dijo el ingeniero Julio Tersek, Jefe del Sistema Alto Tocuyo.
Una de las alternativas propuestas por Hidrolara es la compra de policloruro de aluminio (PAC) como una sustancia alterna que cumple con la misma función que el sulfato de aluminio pero a más alto costo lo que podría ocasionar alzas en el servicio.