En La Laguna, San Félix, están convencidos de que la peor parte del brote de paludismo de este año les tocó a ellos: 346 personas, según voceros de los consejos comunales del sector, están enfermas, publica Correo de Caroní.
La cifra es algo común para todos ellos y no se trata únicamente de un dato lejano, sino que lo padecen en casi todas las casas. En ellas hay, incluso, familias enteras con la enfermedad.
“Acá tenemos esos 346 casos de paludismo. No es sumando todos los cercanos, no: es un solo sector en el que hay 346 casos, y mucho de ellos son repitientes”, dice Alexander Gómez, uno de los voceros comunitarios.
Así, La Laguna se convierte en uno de los focos de la enfermedad. Tal y como lo ha sido Puerto Libre para Puerto Ordaz, en donde dos personas han muerto y se han confirmado más de 30 casos.
Medidas a medias
Hace mes y medio, Glenys Gómez comenzó a sentir algunos síntomas que no había tenido nunca: dolores en las piernas y en la cabeza, fiebre y escalofríos. Supo, entonces de qué se trataba.
“Mi mamá está hospitalizada con paludismo. También le comenzó con dolores en las piernas. Después me empezó a mí el escalofrío y un dolor de cabeza explosivo.”, cuenta.
Po cercanía, acudió al módulo de Manoa. Pero allí le cambiaron la seña: debía ir al ambulatorio de Vista al Sol para que le entregaran las medicinas. Pese a todo, considera que tuvo suerte: a algunos los mandan para Pozo Verde. A otros, para Core 8.
“Lo que pasó fue que en Manoa me dijeron que no había tratamiento. Allí es donde es peor todo, porque la gente está tirada y los tienen temblando en un pasillo”, detalla.
Pero, ¿las medicinas son la solución? No del todo. Hay un elemento faltante en la ecuación para determinar el porqué del repunte: la falta de fumigación.
Enfermeras del módulo Vista al Sol, que han suministrado información con la condición del anonimato, han recalcado en que nada se hace sin jornadas de fumigación. Ocurre que no hay insecticidas.
Mientras tanto
Los vecinos de La Laguna han sido los más afectados por la situación. Ancianos y niños también padecen las consecuencias: son parte de los 346 casos.
“Mis niñas de nueve, cuatro y seis se enfermaron. Yo conseguí una orden médica para hacerme el examen y sí me salió el virus. Lo que hacemos ahora es esperar saber si debemos repetir el examen”, añadió Xiomara de Vidal.
Los afectados de esa barriada de San Félix temen que haya una propagación hacia Sabana de Piedra, Los Arenales y Los Sabanales. Por eso piden al Distrito Sanitario 2, a través de su jefe, Manuel Maurera, que actúe.
– ¿Él no ha venido para acá?
– Nadie. De hecho, los primeros que vienen son ustedes, los de la prensa.