“No estaba muerto, estaba de parranda” … El conocido verso le viene como anillo al dedo a la increíble historia de Kamil, un joven polaco al que declararon muerto de un ataque de corazón pero realmente solo estaba con unos tragos de más.
Al parecer, el joven se desmayó a la salida de un bar después de haber estado ingiriendo alcohol y los testigos llamaron a los servicios de emergencia.
Los médicos le diagnosticaron muerte por paro cardíaco y lo trasladaron directamente a una morgue en donde fue depositado en un refrigerador.
Sin embargo, unas horas después del supuesto fallecimiento, un guardia del hospital escuchó unos ruidos procedentes del depósito de cadáveres y fue a comprobar qué ocurría.
Allí encontró a Kamil, desnudo y pidiendo una manta esperando que le abrieran la puerta. Tras ser sometido a los análisis pertinentes, el joven fue dado de alta.