Hace exactamente 5 meses escribimos una columna anunciando lo que nos iba a ocurrir en 2016 si la Mesa de la Unidad seguía con su errático comportamiento político y estratégico. Advertimos que se nos iba a terminar el año sin ningún logro político concreto, mientras que el gobierno de Maduro iba a concluir estos 12 meses con tres grandes éxitos políticos: 1) no habría referendo revocatorio; 2) no habrían elecciones regionales y 3) el diálogo no terminaría en nada.
Los hechos nos han dado la razón: hoy es 5 de diciembre de 2016. Faltan escasos 26 días para que el año se acabe y hasta ahora, lo único que hemos recibido los demócratas de manos del gobierno es palo parejo. Eso es lo que suele ocurrir cuando los que se encuentran al frente de la principal coalición opositora, es decir, la MUD, creen que se están enfrentando a un gobierno democrático, cuando en realidad están frente a una banda de delincuentes, narcotraficantes y asesinos, expertos en violación de derechos humanos y campeones de la mentira.
De acuerdo con el cronograma trazado por la Mesa de Diálogo, aprobado por el gobierno y la MUD, este martes 6 de diciembre debe realizarse la tercera reunión plenaria entre representantes del gobierno y de la oposición, a instancias de El Vaticano, para tratar de encontrar puntos de encuentro que permitan lograr una salida pacífica y constitucional a la severa crisis política, económica y social que vive el país. Los voceros de la MUD han advertido a través de los medios de comunicación que si no se producen resultados concretos antes de mañana — es decir, en las próximas 24 horas — no se tomarán la molestia de acudir a la cita. El principal vocero del gobierno, es decir, Nicolás Maduro, ha dicho por su parte, que “nadie se puede levantar de la mesa” y que la misma se mantendrá funcionando hasta el año 2020, es decir, 12 meses después que se termine su mandato.
Maduro parece estar muy seguro de que la MUD no puede abandonar la Mesa de Diálogo. El ex chofer del Metro de Caracas está convencido de que por mucho que lo quieran hacer, los representantes de la MUD están encadenados a la mesa. Ello ocurre, simple y llanamente, porque la estrategia del heredero de Chávez está orientada precisamente a eso: a lograr que la MUD abandone la Mesa para después decir a la comunidad internacional que fueron los demócratas los que desecharon el diálogo como opción porque el único camino que verdaderamente les gusta es el de la violencia.
La MUD cometió un error garrafal: sentarse a la mesa sin exigir condiciones y reglas claras de juego. No sólo eso. La MUD entregó todas sus banderas de lucha. La MUD apostó todo su capital político a la mesa de diálogo, convencida de que El Vaticano iba a poder encontrar la forma de hacer que el régimen de Maduro se metiera por el carril de la democracia, la institucionalidad y la separación de poderes. Pero hasta el día de hoy, lunes 5 de diciembre de 2016, nada de eso ha ocurrido. Todo lo contrario, Maduro sigue haciendo de las suyas como si nada, moviendo sus fichas, tomando decisiones a través de su oficina personal de asuntos jurídicos (la Sala Constitucional del TSJ) y preparando el nuevo zarpazo: la anulación del nombramiento de nuevos rectores del CNE por parte de la Asamblea Nacional (que según el gobierno sigue en desacato) para que éstos sean nombrados otra vez por el Tribunal Supremo de Justicia como ya ocurrió.
Hasta el día de hoy la Mesa de Diálogo no le ha servido de nada a la oposición democrática venezolana, pero sí le ha servido de mucho al gobierno de Maduro. Lo único que ha recibido la oposición tras la instalación de la mesa, fue la liberación de unos pocos presos políticos — gracias a Dios están libres — y las promesas incumplidas de que se va a respetar la institucionalidad del país. De resto todo ha sido palo y palo. Pruebas inequívocas de que Maduro no quiere dar su brazo a torcer, en el tema de las medicinas y alimentos, dos de los puntos clave exigidos por la MUD, lo constituye el hecho de que la persecución contra empresas Polar continua y la detención de un médico por haberse atrevido a recibir medicinas donadas por una fundación que lidera LilianTintori.
Maduro quería una Mesa de Diálogo para ganar tiempo y enterrar el referendo revocatorio. Y lo logró. La MUD quería una Mesa de Diálogo supuestamente para encontrar una salida electoral a la crisis política que vive el país y hasta ahora no ha logrado nada. Lo único que se logró, electoralmente hablando, fue dar un regalo de 6 y 7 meses más a los gobernadores del PSUV, la mayoría de los cuales no tiene ni 20% de aceptación en sus estados, motivado a que sus gestiones han sido nefastas. Si hubiésemos hecho elecciones regionales en diciembre, como lo establece la Constitución y las leyes venezolanas, al menos 20 gobernaciones habrían comenzado el 2017 con nuevos mandatarios, la mayoría de ellos demócratas.
Duele decirlo pero es así: el estado de ganancias y pérdidas de la MUD en 2016 es catastrófico. Este año, la oposición venezolana terminará con el saldo en rojo. Lo único que habremos ganado los demócratas cuando se acabe el año será la liberación de algunos presos políticos (doy gracias Dios porque algunos de ellos podrán pasar las navidades y el año nuevo con sus familias) y nada más. Contrariamente al año 2015, cuando logramos obtener una impresionante victoria política y electoral (ganar la mayoría de las curules en la Asamblea Nacional), el año 2016 terminará, electoral y políticamente hablando, sin pena ni gloria.
Así las cosas, y a pesar de que estoy seguro de que no le van a prestar ninguna atención, me permito con el debido respeto, hacer algunas recomendaciones a quienes dirigen la MUD para ver si de una vez por todas entienden que a este gobierno no se le puede combatir con habladera de paja, sino con acciones concretas. Al igual que la gran mayoría de los venezolanos amantes de la democracia y la libertad, yo quiero una MUD que trabaje duro, que tome decisiones políticas contundentes y no que se la pase jugando carritos.
La MUD debe entender de una buena vez por todas que llegó la hora de jugar futbol americano y abandonar la mesa de ping pong. No puedes lanzar papelillos y serpentinas a un gobierno que dispara balas y cañones. Los partidos que integran la MUD, llámense G4, G7 o como se les quiera llamar, deben dar demostraciones contundentes de que están a la altura de las circunstancias que vive el país. He aquí algunas acciones que yo tomaría inmediatamente si estuviera al frente (en lo cual por cierto, no tengo ningún interés) de la Mesa de la Unidad Democrática:
1) Designar a los dos nuevos rectores del CNE mañana mismo (martes 6 de diciembre). No se le puede seguir dando largas a ese asunto. Que los dos nuevos rectores tomen posesión de sus cargos mañana mismo y vayan al CNE, junto con los 109 diputados opositores, a tomar las oficinas de Socorro Hernández y Tania Damelio, quienes deben dejar de ser rectoras de ipso facto.
2) Allanar la inmunidad parlamentaria y destituir de sus cargos a los diputados Cilia Flores, Diosdado Cabello y Hugo Carvajal Barrios, quienes han sido acusados por autoridades de EEUU de tener presuntos vínculos con organizaciones ligadas al narcotráfico internacional. En el caso de la primera dama, aunque ella no ha sido mencionada directamente, dos de sus sobrinos acaban de ser juzgados y condenados.
3) Levántense de esa Mesa de Diálogo sin que les tiemble el pulso. Admitan ante el país nacional que se equivocaron, que actuaron de buena fe y que el gobierno los baypaseó. Expliquen a la comunidad internacional y al El Vaticano que no tiene ningún sentido estar sentado a la mesa con un gobierno que no cumple ni años.
4) Retomen el juicio político a Nicolás Maduro. Y aunque constitucionalmente hablando tal decisión no tendría ningún efecto, al menos en cuanto a lo que tiene que ver con la permanencia de Maduro en el cargo, por lo menos que quede evidencia y que conste en actas que el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela fue enjuiciado y sancionado políticamente por el parlamento venezolano, que es la máxima representación del poder popular en los actuales momentos.
5) Inviten al abogado Preet Bharara, fiscal del Distrito Sur de Nueva York, responsable de haber metido en la cárcel a los narcosobrinos, para que ofrezca el discurso de orden en la Asamblea Nacional el próximo 17 de diciembre, o a más tardar el 5 de enero de 2017, día en que se debe instalar la nueva Asamblea Nacional para que de un discurso (con traducción simultánea) y explique a toda Venezuela las pruebas que encontró para poner tras las rejas a los sobrinos preferidos de Nicolás y Cilia.
Con el gobierno de Maduro no se puede andar por las ramas. Hay que jugar rudo. El año 2016, política y electoralmente hablando, nos dejará un saldo en rojo (económica y socialmente también). No logramos obtener victorias electorales que estaban a la vuelta de la esquina por erróneas decisiones adoptadas por quienes están al frente de la MUD. A quienes dirigen la MUD les decimos: ya basta de jugar carritos. Es la hora de la verdad. O actúan ustedes o actuamos nosotros, los ciudadanos de a pie, es decir, la mayoría.