El primer ministro italiano Matteo Renzi ha anunciado su inmediata dimisión al cargo al admitir su responsabilidad personal en la derrota del referéndum que su gobierno impulsara para reformar parcialmente la Constitución de su país.
Quizás la parte más sobresaliente de la propuesta gubernamental consistía en la supresión del llamado bicameralismo rebajando las competencias del Senado hasta convertirlo en un órgano de representación territorial y evitar la duplicidad de competencias con la Cámara de Diputados y la aprobación de las leyes por partida doble, además de la reducción del número de parlamentarios, entre otros aspectos.
La alta participación de un electorado, usualmente apático, y el contundente rechazo de la ciudadanía a la propuesta nos permiten dar una rápida lectura de la trascendencia del voto opuesto a la modificación constitucional, liderado por el Movimiento 5 Estrellas, una agrupación partidaria de marcada tendencia populista y opositora a la total integración europea.
Una primera explicación a que el casi 60% de los electores rechazaran la propuesta gubernamental, podría deberse al descontento de los ciudadanos sobre los exiguos avances del gobierno en materia económica del país y no solo a la falta de carisma de su primer ministro.
La débil situación de la banca italiana y las secuelas de la crisis de la deuda desencadenada por la insolvencia de Grecia puso en el tapete la viabilidad de la unión monetaria europea sin descontar la efervescencia para mantener la identidad cultural de cada una de las naciones que integran la Unión Europea, que parece predominar sobre las bondades de contar con mercados financieros más integrados, legislaciones estandarizadas, tribunales y parlamentos comunes.
Otra explicación puede deberse al propio mecanismo de consulta. El referéndum puede que sea el propio instrumento legislativo objeto de cuestionamiento, como pasó con el Brexit, hace unos cuantos meses en el Reino Unido o, más recientemente, con el rechazo a la ratificación del Acuerdo de Paz suscrito entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC).
Aunque algunos analistas sostienen que las consultas, sea mediante plebiscitos o referéndums, pueden ser una buena idea para conocer la apreciación ciudadana a las propuestas oficiales, mientras que otros investigadores aseguran que el elector termina por rechazarlas cuando las cuestiones son complejas o notoriamente encauzadas a los propósitos de los gobernantes, como pareció ser también en el presente caso.
En fin, la renuncia de Renzi frente a los resultados del referéndum no es cuestión menor porque nos dejan ver que tanto la “eurofobia” viene instalándose rápidamente en el colectivo de los ciudadanos frente a los resultados económicos –ahora- pocos halagüeños de esta mancomunidad, así como la fuerte crítica ciudadana hacia una clase política que parece poco haberles aportado a su identidad nacional.