Un alemán no pudo creer el “panorama” que se encontró al abrir la puerta de su casa para salir: una enorme pared de ladrillos.
Parece que un par de ociosos tapiaron la entrada de la casa del hombre -en horas de la noche- sin que nadie en la comunidad lo percibiera.
Pese a lo singular del hecho, las autoridades no lograron establecer el móvil del suceso el cual en un principio señalaron que se podía tratar de “una apuesta, un acto de venganza o una simple broma”.