El documental de Carlos Oteyza sobre los dos gobiernos de Carlos Andrés Pérez (CAP) constituyen una clase magistral para quienes desean entender lo que ocurrió en Venezuela desde la riqueza súbita por el aumento de los precios del crudo en 1973, el mal manejo de esos recursos, la frustración del pueblo con sus instituciones y líderes y la aceptación del militarismo golpista surgido en 1992.
El film parte del incuestionable hecho que a partir del descubrimiento del petróleo el país tuvo un crecimiento económico y social por sesenta años que lo colocó en vías de la modernidad: urbano, alfabeta, libre de enfermedades endémicas, con oportunidades de trabajo para los venezolanos y para cientos de miles de inmigrantes europeos y latinoamericanos.
Carlos Andrés Pérez llega a la presidencia después de una exitosa carrera política como diputado y ministro y derrota al candidato oficial en las elecciones de 1973. Su frase tenemos que “manejar la riqueza con criterio de escasez” lo signó, brindando a sus adversarios políticos los elementos de juicio para la aguda crítica a su gestión de gobierno acusado de despilfarro y corrupción.
A su favor debe reconocerse que la estatización de la industria petrolera se llevó a cabo sin traumas, en medio de un gran consenso nacional y pagando precios concertados por los bienes expropiados a las empresas extranjeras; hubo un auge de las obras públicas y la construcción privada; se incrementó el crédito agrícola e industrial; se construyeron escuelas, ambulatorios, hogares de cuidado diario y hospitales; se brindó desayuno y almuerzo en la escuelas públicas; se creó el Plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho para estudio en universidades extranjeras y el Sistema de Orquestas Juveniles para fomentar aptitudes musicales.Los venezolanos comenzaron a viajar al extranjero gracias a su capacidad adquisitiva y se puso de moda el dicho de los venezolanos en Miami: “está barato dame dos”….
En contra debe aceptarse que el país se endeudó innecesariamente con la banca extranjera, el país comenzó a padecer de una inflación de dos dígitos; la importación de bienes fue un rasgo típico con la convicción que Venezuela tenía una “agricultura de puertos”. También surgió un entorno de corrupción que facilitó que los créditos agrícolas se utilizaran para comprar yates y avionetas en vez de tractores; a los favorecidos y clientes del gobierno se les bautizó como apóstoles. En ese ambiente tan adverso el partido de gobierno perdió las elecciones.
Carlos Andrés Pérez enfrentó con éxito el escándalo del buque refrigerado Sierra Nevada y se fue al extranjero durante gran parte de la década de los ochenta que aprovechó para afianzar su liderazgo dentro de la Social Democracia Internacional. Al regresar a Venezuela ya estaba listo para intentar alcanzar una segunda presidencia, la cual logró en 1988.
CAP 2 inició su mandato juramentándose al estilo de una coronación en el Teatro Teresa Carreño rompiendo una tradición democrática de hacerlo en el Palacio Legislativo. Mal comienzo. A los 25 días de tomar posesión sin que se hubiesen puesto en vigor las políticas para el “Gran Viraje” y como resultado de una escasez aguda heredada se produjo el Caracazo con saqueosde abastos y comercios que obligó la intervención del ejército para restablecer el orden a costa de cientos de muertos.
CAP 2 puso a funcionar un plan de ajustes, con liberación de precios para superar la escasez, eliminación de arancelespara impulsar la competencia y un plan de privatizaciones de empresas públicas para reducir el tamaño del estado y el déficit fiscal. El plan conducido por los ministros tecnócratas dio resultados: la economía creció, el desempleo se redujo, se incrementaron las inversiones y se mejoró la eficiencia administrativa. En el ámbito político se fomentó la descentralización y se celebraron elecciones para elegir gobernadores y alcaldes. Peroel resultado fue desastroso para el gobierno y AD ya que los empresarios no aceptaron el reto de la liberación, los sindicatos rechazaron las privatizaciones y el pueblo decepcionado por el deterioro de su nivel de vida, percibió que el regreso a la “Gran Venezuela” había quedado en pura ilusión.
Al año siguiente vinieron las asonadas militares de febrero y noviembre y comenzó una campaña para exigir la renuncia de CAP. El Fiscal de la República logró introducir una acusación por la rectificación presupuestariade Bs 250 millones de la partida secreta que terminó con el enjuiciamiento del presidente ante la Corte Suprema de Justicia y la suspensión del ejecutivo por parte del Congreso Legislativo.CAP aceptó no sin antes confesar que “hubiera preferido otra muerte”.
A pesar de ese final tan lamentable para la nación y sus instituciones democráticas, la reflexión que queda frente al caos presente de la Revolución Bolivariana, es una añoranza por el pasado con la alternabilidad gubernamental, la independencia de poderes, la libertad de prensa y el respeto por los derechos humanos. Por ellola realidad exige, queVenezuela deba reinventarse.
Juan Antonio Muller