El USS Clagamore, de submarino a ecosistema

El USS Clagamore, de submarino a ecosistema

 EEUU SUBMARINO

Con 71 años de antigüedad, el submarino USS Clagamore, que formó parte de la flota de la Armada estadounidense desde 1945 hasta 1975, está más cerca de salvarse del desguace y de recibir una nueva misión que nada tiene de bélica. Ana Mengotti/ EFE

En solo unos meses el USS Clagamore puede estar ayudando a mantener la riqueza de la vida marina y deleitando a los buceadores convertido en un arrecife artificial en la costa sureste de Florida.





Los comisionados (concejales) del condado de Palm Beach votaron hoy de manera unánime a favor de gastar un millón de dólares de un fideicomiso en el proyecto de traer el submarino desde Carolina del Sur y hundirlo cerca de la costa, posiblemente en Juno Beach.

Es un paso “muy importante”, dijo a Efe Joe Weatherby, responsable de proyectos de la empresa Artificial Reefs International (ARI), que está detrás de este proyecto.

La empresa con sede en Cayo Hueso (Florida) y dedicada a “crear desarrollo económico y beneficios medioambientales” había dado nueva vida a otras viejas glorias navales, pero nunca antes a un submarino.

El USS Clagamore, que fue construido en Estados Unidos y botado en 1945, estaba todavía en pruebas cuando la II Guerra Mundial finalizó (agosto de ese año) y desde 1981 está en exhibición en el Museo Naval y Marítimo en la Punta de los Patriotas, en Charleston (Carolina del Sur).

Con los años se ha ido deteriorando y el coste de mantenimiento es muy elevado. Restaurarlo costaría 6 millones de dólares, según las autoridades del museo, que tuvieron que tomar la “difícil” pero “inevitable” decisión de buscar una solución para el USS Clagamore.

Christopher Hauff, encargado de información pública del museo, que recibe más de 400.000 visitantes al año, destacó que el proyecto de hacer del submarino un arrecife evita el desguace.

Además muestra un “gran respeto” por lo que significó el USS Clagamore y a los hombres que sirvieron allí, como demuestra la prevista construcción de un memorial en el condado de Palm Beach.

El museo piensa guardar “algunos pocos elementos” del USS Clagamore y a ofrecer a otros museos “algunas piezas” para honrar a la nave y sus tripulantes, dijo Hauff.

Otros navíos militares han tenido el mismo destino que le espera al USS Clagamore en Juno Beach, como el USS Vandenberg, el USS Mohawack o el HMCS Annapolis.

El primero de ellos, un buque de transporte militar, fue hundido el 27 de mayo de 2009 en la Reserva Nacional Marina de los Cayos de Florida, y es el segundo arrecife artificial más grande del mundo (más de 159 metros, 522 pies).

El Mohawak, que lleva ahora el nombre de “Arrecife en memoria de los veteranos militares”, yace desde 2012 en el Golfo de México, a unas 40 millas (64 kilómetros) del paso Redfish, y también ha supuesto un impulso para el turismo de la zona.

El Annapolis, un destructor que prestó servicio a la Armada de Canadá durante cinco décadas, está en la ensenada Howe, al norte de Vancouver, desde 2010.

Weatherby señala a Efe que todavía es necesario superar otros trámites para que el USS Clagamore llegue en Juno Beach, pero se mostró confiado en que este próximo verano ya esté hundido frente a esa localidad costera.

Aunque el submarino pertenece al estado de Carolina del Sur, la Armada de EE.UU. debe dar su consentimiento.

El directivo de ARI asegura que su empresa tiene una experiencia de más de 20 años en transformar barcos en arrecifes y se rige por los estándares medioambientales más altos.

Aun así algunos de sus hundimientos, como el del MCS Annapolis, cerca de Vancouver, despertaron recelos entre los ecologistas.

La justicia canadiense desestimó, sin embargo, que la pintura del barco pudiera contener elementos tóxicos dado que había transcurrido mucho tiempo desde que se aplicó y autorizó el hundimiento.

A una pregunta sobre cuánto tarda un barco en convertirse en un arrecife, el especialista afirma que pocos minutos después de posarse sobre el lecho marino empieza a ser colonizado por toda clase de animales y plantas.

“Los arrecifes están en problemas en todo el mundo”, dice para defender la creación de estructuras que cumplan su misma función.

Artificial Reefs International no solo convierte barcos viejos en ecosistemas llenos de vida, también sabe cómo sacarles partido con eventos artísticos y festivos a los que hay que acudir con gafas, aletas, trajes de neopreno, botellas de aire o tubos para respirar.

“Los peces no pueden decir la diferencia entre un barco o un carrito del supermercado, las personas, sí”, dijo en una reciente entrevista para explicar por qué no basta con hundir barcos, sino que hay que hacerlos “interesantes”.

De abril a junio pasado la cubierta del Vandenberg acogió una exposición de fotografías digitales de gran tamaño del austríaco Andreas Franker a casi 28 metros de profundidad. EFE