El aumento de los controles migratorios en Estados Unidos con la llegada a la presidencia de Donald Trump podría convertir a Colombia en un país de destino que dejaría de ser un punto de tránsito después de una cifra récord de deportaciones en el 2016, dijo un funcionario del Gobierno.
Por Luis Jaime Acosta / Reuters
La posición geográfica de Colombia lo convirtió en un país de tránsito para migrantes que intentan llegar a Estados Unidos y Canadá desde Sudamérica a través de Centroamérica.
En el 2016 las autoridades colombianas deportaron 34.000 migrantes irregulares, un promedio de 92 diarios, incluidos 20.000 haitianos y 8.000 cubanos. La cifra de deportados del año pasado creció casi cuatro veces en comparación con los 8.900 del año previo.
“Es una situación que viene creciendo año tras año, claramente la situación mundial hace que estas migraciones crezcan en cifras y que sean un hecho más visible. Colombia, al igual que la gran mayoría de países de Centroamérica, es un país de tránsito, no de destino”, dijo en una entrevista con Reuters Christian Krüger, director de Migración Colombia.
Pero con la llegada a la presidencia de Estados Unidos del magnate republicano Donald Trump, quien asumirá el poder el viernes, podría reducirse la cantidad de migrantes irregulares que utilizan a Colombia como país de tránsito, sostuvo el jefe de la entidad gubernamental encargada de las migraciones.
El empresario inmobiliario neoyorquino ganó en noviembre su primera campaña electoral, con promesas como construir un muro en la frontera con México y restringir la inmigración.
“Claramente todas estas medidas de fortalecimiento de los controles migratorios que se van a dar seguramente en Estados Unidos, van a generar que países como Colombia se vuelvan atractivos para estas migraciones, para que nos vean, no como un país de tránsito, sino como un país destino”, aseguró Krüger.
El funcionario afirmó que la firma de un acuerdo de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para acabar con un conflicto interno que ha dejado 220.000 muertos, una mejoría de las condiciones de seguridad y la recuperación de la economía harán en el futuro del país un destino atractivo para las migraciones.
En Colombia, con 49 millones de habitantes, solo residen alrededor de 110.000 extranjeros, la mayoría venezolanos, y el país no ha sido un gran receptor de migraciones, a diferencia de Argentina, Chile, Ecuador o Venezuela, de acuerdo con Krüger.
“Que vengan de manera ordenada, regulada y segura. Son bienvenidos todos los extranjeros, pero que cumplan con la normatividad”, dijo al asegurar que el país ha venido cambiando sus normas migratorias, preparándose para el futuro.
Krüger denunció que en Colombia el tráfico ilegal de migrantes es controlado por bandas criminales vinculadas con el narcotráfico, el tráfico de armas y el contrabando que cobran entre 2.000 y 3.000 dólares por cada persona que pasan hasta Panamá en largas y peligrosas travesías.