No está claro si este tipo de adicción es una manifestación de problemas como la depresión, la ansiedad o si se trata de un asunto de raíz. En la mayoría de casos el origen es desconocido, aunque en ocasiones puede ser producto del consumo de un medicamento o del abuso de drogas.
De hecho, un estudio realizado por la Universidad de Cambridge afirma que los cerebros de los pacientes con comportamientos sexuales compulsivos presentan signos similares a los de personas con problemas de adicción a diferentes sustancias.
De acuerdo con la psicóloga Ellen Hendriksen, hay seis señales que pueden ayudar a diferenciar la adicción al sexo de una libido alta.
1. Incongruencia
Un comportamiento sexual es incongruente cuando no va en línea con quien se es. Aleja de las cosas importantes de la vida, como la familia, el estudio, las metas y los sueños.
2. Falta de control
Hendriksen explica que los adictos al sexo actúan de acuerdo a impulsos que requieren una gratificación inmediata, sin importar si las consecuencias afectan la salud, la seguridad o la vida.
3. Compulsión
Muchos adictos al sexo afirman que se sienten impotentes cuando no pueden acceder al sexo. Utilizan las relaciones sexuales para evadir problemas y en lugar de tenerlas para sentirse bien, lo hacen para no sentirse tan mal.
4. Dependencia
Al igual que sucede con las drogas o el alcohol, con el tiempo, las personas adictas al sexo incrementan la búsqueda de experiencias que los satisfagan más y más.
5. Confusión
Comúnmente relacionan y confunden el sexo con cosas que no deberían, como la alegría, la soledad, el miedo o la tristeza.
Puede haber un mayor interés sexual cuando se experimenta depresión o ansiedad, contrario a lo que sucede en comportamientos sexuales saludables.
6. Disfunción
A diferencia de lo que sucede con las drogas y el alcohol, esta adicción requiere que haya otra persona, que se usa para satisfacer la necesidad, lo que trae consecuencias nefastas para las relaciones amorosas.
Hendriksen explica que para los adictos sexuales, el sexo es el objetivo principal a la hora de interactuar con otros.