La justicia rusa abrió este jueves una nueva causa penal contra el bloguero ruso Ruslán Sokolovski, detenido en septiembre de 2016 por cazar pokemones en una iglesia, por posesión de un bolígrafo espía con cámara oculta, reseñó EFE.
“Hoy hemos sabido que contra Sokolovski han incoado una nueva causa por tenencia ilegal de equipos técnicos destinados a la captación secreta de información”, dijo Alexéi Bushmakov, abogado del bloguero, a medios locales.
El motivo del nuevo expediente penal fue el hallazgo en el domicilio de Sokolovski en Yekaterimburgo, capital de los Urales, de un bolígrafo con cámara incorporada.
A su vez, Bushmakov destacó que los expertos del Ministerio de Justicia han concluido que las acciones, comentarios y vídeos en las redes sociales del bloguero no representan ni una ofensa a los sentimientos religiosos, ni un ataque a la libertad de credo, ni instigan al odio.
En el vídeo incriminatorio que propició la detención de Sokolovski se ve cómo juega al Pokémon Go en una iglesia en Yekaterimburgo mientras tacha de “completamente ridículo (…) que alguien pueda sentirse ofendido porque otra persona camine con un teléfono inteligente dentro de una iglesia”.
Sokolovski decidió desafiar las advertencias realizadas por la televisión rusa, justo cuando el juego se convirtió en un fenómeno mundial, de que sus aficionados podrían ir a prisión si se les ocurría cazar pokemones en lugares de culto.
“¿Por qué demonios te van a encerrar por eso? Por ese motivo decidí cazar algunos pokemones en la iglesia. ¿Por qué no? Yo creo que es seguro y legal”, agrega el bloguero.
Sokolovski se equivocó: el 3 de septiembre fue detenido y podría ser condenado a cinco años de cárcel, en virtud de la ley aprobada tras la famosa homilía punk protagonizada en 2012 por el grupo Pussy Riot: “Madre de Dios, echa a Putin”.
La oposición liberal criticó duramente la detención del bloguero, que pronosticó se convertirá en un proceso similar al de Pussy Riot, mientras Amnistía Internacional pidió la liberación del joven y tachó de “absurda” su detención, que consideró un desprecio de la libertad de expresión.