El comunicado más reciente de la Federación Rusa sobre la situación política de Venezuela está estructurado a partir de tres puntos: i. ataca frontalmente a la nueva directiva de la Asamblea Nacional, que considera como “ala radical”, asociada a un plan violento de desestabilización; ii. establece que la desobediencia civil y sus consecuencias son negativas; iii.apoya el diálogo como única salida pacífica.
Implicaciones
Entre líneas, Rusia abandonó su posición diplomática y neutral en este asunto, también sugiere abiertamente que ejerce labores de espionaje en Venezuela y estaría enviando un mensaje a la nueva administración Trump.
La aparente autoexclusión
Lo interesante de la posición Rusa es que se cuidó de no apoyar expresamente al gobierno de Nicolás Maduro. Si este mensaje hubiese sido escrito en términos convencionales, tendría que haber confirmado directamente el respaldo del Kremlin al presidente constitucional y legítimo del país en cuestión.
En este sentido, Rusia habría cambiado su postura al entender que este gobierno (sin capacidad de preservar el muro de contención edificado por el presidente Chávez), por sí mismo, carece de la fuerza necesaria para mantener lo que el propio comunicado denomina “la frágil paz”.
Por primera vez, en dieciocho años, observamos al gobierno ruso abierto a otorgarle beligerancia –y quizás apoyo- a otro factor de poder opuesto al gobierno de turno. También queda claro que –al menos, por ahora- el Kremlin no quiere nada con Julio Borges y Leopoldo López, cuyas posturas percibe como radicales.
El problema para Rusia es que la llamada “ala radical” no solo forma parte de la MUD, también sus miembros son negociadores de primera línea en el “diálogo”. Este ataque a la oposición oficial y la sacada de cuerpo al gobierno de Maduro podría dejar por fuera a Rusia como eventual intermediador en futuras conversaciones, salvo que haya un cambio de negociadores.
Espionaje
Sabemos que todos los países tienen espías y ejercen labores de inteligencia sobre los demás. Pero una cosa es saberlo y otra cosa es que un país reconozca públicamente que ejerce espionaje sobre altos funcionarios públicos de otro Estado.
Estamos frente a una clara injerencia ilegal por parte de Rusia en los asuntos internos de Venezuela. Por lo tanto, las autoridades venezolanas deben emitir un pronunciamiento de rechazo, en contra de estas actividades ilícitas. Por su parte, Rusia debería presentar las pruebas que sustentan sus graves acusaciones en contra de estos diputados opositores.
Mensaje a Trump
Me da la impresión de que el presidente Putin también estaría enviando el siguiente mensaje al recién constituido gobierno estadounidense, en el marco de los términos para una nueva relación de cooperación y entendimiento bilateral promovida por Trump: i. Nos interesa Venezuela, está en nuestro radar comercial y geopolítico; ii. no ayudes a esta “ala radical”; iii. mantén las iniciativas de Estados Unidos dentro del diálogo.
El hecho de que Rusia se asomara imprudentemente sin ser llamado, indica cierta impaciencia ante los informes de inteligencia y el impacto negativo que un cambio brusco de gobierno podría tener en sus intereses respecto a Venezuela y la región.
Claudio J. Sandoval (Twitter / Linkedin / Instagram: @Claudiopedia), es Venezolano, abogado e investigador del Departamento de Ciencias Políticas de Georgia State University, con sede en Atlanta.