En un país donde anualmente mueren más de 26 mil personas producto del crímen y la Violencia, donde el 70% de la población puede hacer una sóla comida al día, dónde el 13% de los venezolanos se alimenta de la basura, dónde se requieren 18 salarios mínimos para cubrir la cesta alimentaria, donde la inflación pasó del 1000%, donde la impunidad de los delitos es del 96%, dónde hay más de 132 presos políticos y cualquier cantidad de violaciones a los derechos humanoa; y donde la escasez de medicinas es del 85%, no hay otra salida más que el cambio inmediato de un modelo político que fracasó, y que pone en riesgo la vida de todos los venezolanos.
En un país donde la voluntad del pueblo es burlada por el gobierno nacional, donde se ultraja y violenta la Constitución Nacional, donde se desconocen las instituciones del Estado electas por el pueblo como es la Asamblea Nacional; donde se usan los poderes a conveniencia y donde tenemos un Tribunal Supremo de Justicia, que se convirtió en escolta de las aberraciones del Madurocabellismo, es imperante un cambio de gobierno en términos constitucionales, cívicos y pacíficos.
En un país donde la burla hacía un pueblo que muere de hambre y mengua es el orden del día, donde con un cuento de un bolsa de comida pretenden poner un bozal al descontento social, donde con un carnet de la patria, pretenden censar y manipular a un pueblo con falsas promesas; donde se les niega a nuestros ancianos un bono de alimentación y medicinas, donde se les niega a la gente un título de propiedad de sus viviendas, donde no creen en la amnistía, es más que urgente la salida de un gobierno autócrata, antes que la tragedia a lamentar sea peor.
En un país cuyo gobierno protege, ampara y blinda a sus funcionarios señalados por corrupción y narcotráfico, donde los pranes y grupos paramilitares y parapoliciales, llevan la batuta de la criminalidad en el país en complicidad con los altos jerarcas del oficialismo, donde 22 planes de seguridad han fracasado y donde el hampa le ganó la batalla al seudo gobierno, no puede haber otra salida más, que un nuevo gobierno que garantice seguridad, justicia y paz para los venezolanos.
Pues bien, y frente a esta soberana crisis política, económica, social y moral, la salida es la convocatoria a unas elecciones generales en todos los cargos de elección popular, incluso desde el parlamento hemos propuesto elecciones para los diputados a pesar de que tenemps apenas un año de haber sido electos de manera avasallante por nuestro pueblo. Que sea el pueblo quien decida los destino del país en términos constitucionales y electorales.
Y si Nicolás Maduro está tan sobrao como quiere hacer ver, que se cuente, porque más que un derecho es una necesidad inminente, porque el hambre y el crujir de los estómagos vacíos no puede esperar más, ha llegado el momento de exigir en todas las calles de Venezuela, elecciones generales ya, antes de que sea muy tarde, y sean muy pocos los que sobrevivan a este socialismo endemoniado que se llevó todo a su paso. Venezuela, exijamos elecciones ya, sólo así daremos paso a ese cambio que nos merecemos.
@ismaelprogreso