Recientemente un grupo de investigadores fabricaron lo que se ha denominado como el receptor de radio más pequeño de todo el mundo. El mismo está construido a partir de un conjunto de “defectos” a una asombrosa escala atómica sobre diamantes rosados, publica Noticiasdelaciencia.
Esta minúscula y diminuta radio, compuesta por piezas que tienen nada más y nada menos que el tamaño de dos átomos, puede soportar condiciones ambientales muy extremas y es totalmente biocompatible, en otras palabras, podría funcionar casi que en cualquier sitio que se utilice, desde en un planeta lejano como marte o urano, hasta en el marcapasos para un corazón de una persona.
Esta gran y valiosa investigación es obra del equipo compuesto por los científicos Marko Loncar y Linbo Shao, ambos de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS), la cual esta adscrita a la famosa Universidad de Harvard en Estados Unidos.
La radio en cuestión utiliza diminutas imperfecciones en diamantes, las cuales son llamadas centros nitrógeno vacante; con estas, los investigadores reemplazan tan solo un átomo de carbono en un cristal de diamante con un átomo de nitrógeno y luego retiran un átomo vecino, creando de esta manera un eficiente sistema que esencialmente consiste en tan solo un átomo de nitrógeno con un agujero a su lado.
Ahora bien, los centros de nitrógeno vacante pueden ser utilizados para emitir fotones individuales o también para detectar campos magnéticos muy débiles. Adicional a esto, poseen propiedades fotoluminiscentes, lo que quiere decir que, sombrosamente pueden convertir información en luz, lo que los hace sistemas muy pero muy prometedores para la computación cuántica, la fotónica y también para ciertas técnicas de detección de ondas.
Las radios que todos conocemos, tienen cinco componentes básicos, los cuales son: una fuente de alimentación eléctrica, un transductor para poder convertir en la que sería una corriente de baja frecuencia a la señal electromagnética de alta frecuencia que se propaga a través del aire, un receptor, un altavoz o auriculares para poder escuchar la transmisión y por último, un sintonizador.
En el micro radio desarrollado en la famosa universidad de los estados unidos, Harvard, los electrones en los eficientes centros nitrógeno vacante de diamante son alimentados con luz verde, luz que es emitida mediante la utilización de un láser. Estos electrones en cuestión son bastante sensibles a los campos electromagnéticos adyacentes, incluyendo aquellas ondas utilizadas en la radio FM.