El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo este miércoles que “parecía imposible” imaginar la desmovilización de las FARC, la principal guerrilla del país que marcha hacia las zonas donde se desarmará tras más de medio siglo de conflicto armado.
AFP
“¿Cuánto tiempo habíamos soñado con esto que ahora estamos viendo? Parecía imposible, parecía un sueño, que es hoy una realidad”, afirmó el mandatario, flamante Nobel de Paz, durante un evento en Bogotá.
Santos calificó de positivas las movilizaciones iniciadas el sábado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) a las 26 zonas donde en un plazo máximo de seis meses deberán dejar las armas y empezar su tránsito a la vida civil bajo observación de Naciones Unidas.
El jefe de Estado sostuvo que hasta la fecha hay más de 4.000 guerrilleros ubicados en los sitios de desarme y que “esta semana” llegarán unos 2.000 más a las denominadas zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN), donde se espera el arribo total de 6.300 rebeldes.
“En estos días hemos visto caravanas de camiones, buses, planchones, llevando a los miembros de la guerrilla a esas zonas de concentración donde cumplirán ese compromiso de reincorporarse a la sociedad y del desarme”, agregó.
La concentración de las tropas insurgentes estaba prevista para el 31 de diciembre en el acuerdo de paz firmado en noviembre, pero se postergó hasta esta semana por problemas logísticos.
El jefe de las FARC, Rodrigo Londoño (“Timochenko”), propuso incluso la semana pasada “replantear” nuevamente la fecha de llegada de los guerrilleros a los puntos, porque en al menos tres de ellos aún no había nada construido y otros tres carecían de electricidad o agua.
“En unas partes hay un poco más de avance, pero en ninguna de esas zonas está realmente construido” o adecuado el terreno para la llegada de guerrilleros, dijo por su parte el jefe guerrillero Pablo Catatumbo al noticiero 90 minutos de Cali.
Catatumbo, quien comandó la movilización de tropas en el oeste del país, denunció que no han encontrado autoridades del gobierno en los lugares pactados y que algunos de ellos no cuentan con agua. “Sin agua no hay vida”, afirmó.
Santos ha reconocido el “desafío” que significó adecuar los lugares, por la dificultad de acceso debido a su lejanía y falta de infraestructura.
Tras el fin de la guerra con las FARC, el gobierno confía ahora en conseguir la “paz completa”, con un pacto con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), alzado contra el Estado desde 1964 y última guerrilla activa.
Para esto, ambas partes se aprestan a lanzar negociaciones formales el 7 de febrero en Quito, luego de más de tres años de conversaciones confidenciales.