Se trata solo de unas pancartas. Están pegadas en la entrada de la planta FCA-Chrysler de Venezuela. El mensaje es sencillo: los trabajadores tienen hambre. No ganan lo suficiente para comer y la empresa no produce lo necesario para cancelar salarios adaptados a la realidad económica del país. Pero funcionarios de Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) no lo entendieron así y la mañana de este jueves tomaron las instalaciones de la empresa.
Fue una visita sorpresa. En principio la actitud de los uniformados fue agresiva. “Intentaron llevarse detenido a nuestro secretario general, Christian Pereira”, denunció Henry Ospina, encargado de reclamos de la dirigencia sindical. Pero después llegó la conciliación. Se estableció una mesa de trabajo entre representantes de la empresa, de la nómina y la ZODI que aún está en proceso.
Un salario mínimo y medio es lo que reciben estos trabajadores en medio de la más profunda crisis que vive la firma en el país, al tener las líneas de producción paralizadas por falta de materia prima.
110 camionetas Cherokee están en la fase de pintura desde octubre de 2016. No pudieron ser culminadas para colocarlas en el mercado por falta de algunos sellos que se vencieron en los almacenes ante la sequía en la manufactura. “También se han presentado problemas relacionados con la falta de condiciones de seguridad que nos impide realizar nuestras labores en planta”.
La convención colectiva de los trabajadores establece que los salarios deben ser ajustados de acuerdo a las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que debe publicar el Banco Central de Venezuela (BCV) cada mes, pero el último registro que se tiene es de diciembre de 2015.
El sindicato espera que en la reunión que se realiza dentro de la empresa se llegue a un acuerdo de incremento de 500% tomando en cuenta los aumentos de sueldo decretados por el Ejecutivo. Aún así, el reinicio de la manufactura no está garantizado.