La democracia en Venezuela está en juego. La libertad, la dignidad, los valores parecen desaparecer en una sociedad dominada por un militarismo consentido por muchos dentro y fuera. Ante ello no queda sino luchar y rechazar todo ataque de la barbarie que trata de imponerse. En el país muchos se mantienen al margen del debate, de la lucha, dejando a otros el deber de enfrentar las arbitrariedades. Una posición cómoda que solo favorece a los delincuentes que ejercen el poder.
Afuera lo mismo. Muchos se mantienen también al margen, viendo hacia otro lado, dejando a los venezolanos solos en su lucha. Una enorme irresponsabilidad. Olvidan quienes una vez recibieron nuestra ayuda para vencer la oscuridad que hoy millones de venezolanos sufrimos de la prisión interna, del desprecio, de la persecución.
La indiferencia mata. Se convierte en complicidad.
Hoy es el momento de actuar y no solamente dentro con una actitud constante y no simplemente esporádica. Debemos luchar dentro hasta vencer. Afuera es el momento de la comunidad regional y del secretario general de la OEA activar mecanismos que los mismos gobiernos se impusieron para garantizar y defender la libertad y la dignidad.
Es el momento de activar los mecanismos de control de la Carta Democrática Interamericana para que de la indiferencia y de la pasividad pasemos a la actividad y la defensa de los valores que hoy pisotean en Venezuela, pero que mañana nuevamente pueden ser acabados en otros piases y que otros pueblos hermanos de aquí y de allá puedan sufrir la desgracia de ser perseguidos, encarcelados, torturados, discriminados y golpeados por mafias militares que reivindican el odio y justifican el crimen.
Ante esa indiferencia, debemos actuar y pronto antes de que el mal termine de vencer al bien.
Robert Carmona-Borjas