Un número aún no precisado de delincuentes ingresó a la vivienda de una docente jubilada y abogada, quien fue golpeada, amordazada y finalmente asfixiada por sus victimarios con el fin de robarla, en la calle 5 de Julio, en el sector Llanitos, en Capacho Nuevo, municipio Independencia, estado Táchira, según reseña el diario La Nación.
A la víctima la identificaron como Gilma Rosa Márquez, de 61 años de edad, quien por más de 25 años ejerció la profesión de docente de preescolar o educación inicial en la misma localidad de Capacho Nuevo, donde era muy apreciada por la comunidad y vecinos, dada su vocación por educar a los niños en los primeros años de aprendizaje.
Sumado a las actividades docentes, la víctima igualmente logró graduarse en la Universidad Católica de abogada, profesión que desempeñaba casualmente, según reseñaron allegados a los medios de comunicación.
El cadáver de la dama lo encontró su hija mayor, el sábado, a las dos de la tarde, en un sector de la sala de la casa, cuando acudió a la morada a saber por qué su madre no contestaba el celular, pues desde horas de la noche del viernes perdió el contacto con ella, así como con su hija menor, quien vivía con ella en la casa, pero por razones de trabajo se vio obligada a trasladarse hasta la ciudad de Caracas y dejar sola a la progenitora.
Golpeada en la cabeza, atada de pies y manos, así como amordazada y con un trapo en el interior de la boca, aparentemente para que no gritara, fue hallada la docente, quien al parecer ya tenía varias horas de fallecida.
La dantesca escena llevó a su hija a entrar en estado de pánico y pedir ayuda, por lo que al lugar acudieron miembros de la Policía del estado Táchira e instantes después integrantes del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, que se encargaron de fijar fotográficamente el cadáver y colectar evidencias vitales para la investigación.
“Se robaron prendas y enseres”
Por el desorden encontrado en la escena del crimen, en el interior de la vivienda, se pudo conocer que los asesinos, que se presume fueron más de dos, pues la víctima al parecer se les enfrentó y luchó con ellos, ya que fue golpeada salvajemente con objetos contundentes, procedieron a someterla y llevarse consigo las pinturas de uñas de la dama, así como carteras, zapatos, perfumes, lentes de lujo, así como un colección de costosos relojes, marca Mulco, los cuales eran propiedad de la infortunada mujer.
Sumado a estos artículos, los antisociales se llevaron dos televisores y otros objetos de mayor valor, no así el automóvil de la educadora, un Optra que se encontraba en el garaje de la vivienda.
Del mismo automotor, los maleantes se llevaron el caucho de repuesto y al parecer no hurtaron el costoso vehículo porque no encontraron las llaves para encenderlo, por lo que procedieron a llevarse los objetos de menor volumen. Igualmente los asesinos cargaron con un teléfono Iphone de la docente.
Cerraduras no fueron violentadas
En la búsqueda de evidencias de interés criminalístico en la vivienda, los investigadores lograron establecer que las cerraduras de las puertas de la casa, así como las ventanas, no fueron violentadas, por lo que se presume que los homicidas ingresaron al sitio por una pared del solar que comunica con otra construcción.
Dadas las características del suceso, se especula que los asesinos conocían o estudiaron previamente a la víctima, cuando esta se encontrara sola, para proceder a robarla y darle muerte.
Este caso se suma a otro similar ocurrido el 25 de enero en la población de Santa Ana, en el municipio Córdoba, donde fue asfixiada y golpeada la docente jubilada Belkis Roraima Gamboa Ardila, dentro de un local de bisutería con el cual se ganaba la vida.