Un total de 96 familias colombianas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en los municipios de Teorama y Tibú, cerca de la frontera con Venezuela, por presiones de grupos herederos del paramilitarismo, informó hoy la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Entre los desplazados, algunas de las familias cuyo número no ha sido precisado se fueron a Venezuela, mientras que otras huyeron a la aldea La Cooperativa, en el cercano municipio de Convención, indicó la OCHA en un comunicado.
Según los datos de la oficina de la ONU, los desplazamientos comenzaron el 10 de febrero en esos dos municipios, que forman parte de la selvática región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander.
En esa zona operan las guerrillas de las FARC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL), considerado como una banda narcotraficante por el Gobierno, además de grupos herederos del paramilitarismo y bandas dedicadas al contrabando.
Según el comunicado de la OCHA, todavía en este momento “se evidencia que persiste temor generalizado en la población, y se estima riesgo de que se presenten nuevos desplazamientos masivos en la zona”.
Asimismo, indicaron que las autoridades tradicionales del pueblo indígena Barí también denunciaron la presencia de un grupo armado heredero del paramilitarismo en la comunidad Sahpadana y Brubuncanina.
Por ello, aseguran que hay riesgo de desplazamiento en las comunidades Ocbabuda y Suerera.
Las familias desplazadas en el municipio de Teorama partieron de las veredas (aldeas) de Bella Vista y Caño Tomás, mientras que quienes salieron de Tibú partieron de las de Las Timbas y Vetas Oriente.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo el pasado martes que le “preocupa mucho” es la “crisis humanitaria” en la frontera con Colombia y apuntó que a su país han ingresado “cientos” de colombianos debido a la “guerra” con los paramilitares. EFE