Ecuador seguía el lunes a la espera del resultado final de las elecciones presidenciales, en las que el candidato oficialista de izquierda, Lenín Moreno, logró una mayoría de votos pero hasta ahora no lo suficientemente contundente como para evitar una segunda vuelta.
Los últimos resultados oficiales preliminares de los comicios celebrados el domingo, con el 88,6 por ciento de las actas escrutadas, ponían a Moreno a la cabeza con un 39,1 por ciento de los votos válidos, seguido por el ex banquero Guillermo Lasso con un 28,3 por ciento.
Esa cantidad no es suficiente para Moreno, quien debe lograr al menos el 40 por ciento de los votos y una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre su más cercano rival para no tener que medirse en un balotaje pactado para el 2 de abril.
“Estamos en un margen estrecho de diferencia para poder definir si hay una segunda vuelta”, dijo en una conferencia de prensa el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador, Juan Pablo Pozo.
“Esperamos en un promedio de tres días a partir de hoy que esté cerrado el proceso del binomio presidencial”, agregó al dar fe por un sistema que dijo ha funcionado “impecable” pese a los cuestionamientos por la lentitud en el conteo de votos.
Con sus declaraciones, en las que aseguró que la demora obedece a la inconsistencia de algunas actas y llamó a la ciudadanía a esperar en paz, buscó calmar algunas protestas esporádicas de opositores exigiendo rápidos resultados y críticas del candidato Lasso.
Para Moreno, el tener que medirse en un balotaje resultaría en un duro revés para su partido, Alianza País, que, con el presidente Rafael Correa a la cabeza, arrasó en la primera vuelta de las últimas elecciones presidenciales en 2013, donde también participó Lasso y obtuvo un muy rezagado segundo lugar.
Moreno, poco después del cierre de los centros de votación, celebró el “triunfo” en primera vuelta, pero el lunes en una entrevista televisiva a primera hora fue más cauto.
“Tenemos la previsión de que vamos a llegar al 40 (por ciento), pero si es que no llegamos, seguiremos dando lucha. Somos gente de lucha, de trabajo, así que no se preocupen ecuatorianos no permitiremos bajo ninguna circunstancia que otra vez un rico trate de ser presidente de la República”, dijo.
Los ecuatorianos acudieron a las urnas para decidir entre la continuidad de un modelo socialista instaurado hace una década por Correa o un cambio de timón que busque revitalizar la economía y acabar con la corrupción.
El aspirante oficialista, ex vicepresidente de Correa entre 2007 y 2013, prometió seguir por la senda socialista y dar un mayor impulso a proyectos sociales en favor de los desposeídos que le granjearon un vasto apoyo popular al saliente mandatario.
¿FRAUDE?
El lento avance en el conteo de los votos y los reñidos resultados de los comicios multiplicaban la incertidumbre de los ecuatorianos, mientras que el resto de los siete candidatos presidenciales -todos opositores- pidieron “cuidar los votos”.
Lasso, ex presidente del Banco Guayaquil, celebró desde la noche del domingo su pase a un balotaje con Moreno y comenzó a llamar a los líderes de los partidos opositores para cerrar filas contra el oficialismo.
“Estamos vigilantes del conteo de votos”, dijo Lasso en una entrevista televisiva. “No vamos a permitir un fraude, estamos controlando voto a voto y vamos a defender lo ganado”.
“Huele mal eso. ¿Cómo se van a demorar tres días?”, se quejó Lasso en rueda de prensa. “Yo les quiero decir que no jueguen con la voluntad del pueblo ecuatoriano. Si juegan, saldremos a las calles y asuman la responsabilidad”, enfatizó.
En Guayaquil, la ciudad más grande del país, se sucedieron incidentes entre agrupaciones políticas durante el conteo de las actas, lo que frenó en la madrugada el escrutinio oficial.
Simpatizantes de Lasso hacían guardia en las afueras de la sede del CNE en Quito para pedir transparencia en el escrutinio. “Resultados ya, no al fraude”, gritaban.
Los escándalos que salpican a funcionarios cercanos a Correa, en una trama de corrupción en la estatal Petroecuador y una red de sobornos de la brasileña Odebrecht, le restaron valiosos puntos a su candidato Moreno.
La izquierda regresó al poder en América Latina hace poco más de 10 años pero, a pesar de avances sociales, ha ido perdiendo apoyo en países como Brasil, Argentina y Perú por escándalos de corrupción y mal manejo económico.
Las ofertas electorales de Lasso, de mayor empleo, más inversión extranjera y menos impuestos han calado entre los ecuatorianos descontentos por el estilo confrontacional de Correa y el incremento del desempleo y el costo de vida.
Sin embargo, aún despierta cierto recelo en parte de la población que lo asocia con el Gobierno de Jamil Mahuad, bajo cuyo mandato se desató la crisis financiera de 1999, que obligó a miles de sus compatriotas a emigrar en busca de oportunidades dejando atrás un país sumido en el desempleo y la inflación.
El escrutinio también avanzaba con lentitud para los 137 miembros del parlamento. Según sondeos previos, ninguno de los partidos lograría la mayoría, lo que dificultaría el accionar del próximo presidente que gobernará hasta el 2021.