Antonietta Ledezma: Lucho no solo por mi padre, sino por rescatar a mi país

Antonietta Ledezma: Lucho no solo por mi padre, sino por rescatar a mi país

 EFE/LEONARDO MUÑOZ
Antonietta Ledezma EFE/LEONARDO MUÑOZ

 

 

Antonietta Ledezma, hija del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, en arresto domiciliario desde hace dos años, aseguró hoy que seguirá luchando no solo por su padre, sino por “rescatar” a Venezuela de su peor crisis y de un Gobierno con el que, admite, por ahora no ve posible un diálogo.

“Mi lucha no es solo por mi padre, sino por todos los presos en Venezuela, porque no quiero que más hijas, más madres y más padres pasen por lo que yo y mi familia hemos pasado y seguimos pasando, y por lo que tantas familias en Venezuela están pasando”, dijo en Ginebra la venezolana, de 25 años, en una entrevista a Efe durante la Cumbre sobre los Derechos Humanos y la Democracia.

“Ahora es el momento en el que nos toca a todos como venezolanos dar la cara y decir ¡basta!, basta a la cruel dictadura de la cual somos víctimas en Venezuela”, afirma Ledezma.

Y agregó: “lucharé y seguiré luchando incluso el día que mi padre salga, porque es una lucha de rescate por Venezuela”.

Antonio Ledezma fue detenido el 19 de febrero de 2015 y enviado a la cárcel militar de Ramo Verde, pero dos meses después se le concedió el estatus de arresto domiciliario por razones de salud, desde donde tiene prohibido expresarse públicamente.

El alcalde, acusado de los delitos de conspiración y asociación para delinquir, que pueden suponer hasta 26 años de cárcel, “se encuentra sumamente fuerte, muy bien de salud” tras una operación de hernia, según su hija, que admite el temor con el que vive la familia cada día.

“No sabemos si un día nos tocan a la puerta y ese día se lo llevarán”, se lamentó.

Antonietta Ledezma explica que el caso de su padre se encuentra “en un limbo jurídico, porque no se le ha dado el derecho de defensa, ni se ha permitido a sus abogados de presentar” evidencias contra unas pruebas “totalmente falsas y fabricadas por el Gobierno” para “silenciar” a su padre.

“Pero es imposible silenciar a un hombre como Antonio Ledezma, ya que sus ideales democráticos están con todos los venezolanos y caraqueños que votamos, lo elegimos y reelegimos para que asumiera la posición de alcalde”, afirmó.

Antonietta lo único que quiere es que su “voz sea escuchada”, porque sabe que, mientras así sea, “es escuchado el reclamo de millones de venezolanos” y de los “más de cien” presos políticos que hay en su país.

“Estamos sufriendo la peor catástrofe humanitaria de la historia de mi país. No es algo de ideología política, sino algo más de compromiso como venezolanos con el país, el compromiso de rescatarlo, porque no vamos a ceder el país a los delincuentes que hoy nos toca llamar gobernantes”, sostuvo.

No cree que el diálogo entre el Gobierno y la oposición, “en fase de revisión” desde diciembre pasado y que el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero pretende reactivar, vaya a prosperar.

“Lo veo por ahora totalmente perdido porque no se puede dialogar con un Gobierno que no cede y no pretende soltar el poder, aún sabiendo la mayoría del rechazo que tiene en el pueblo”, indicó.

“Creo que en un diálogo nos tenemos que sentar todos en la mesa y como dice la palabra dialogar, ceder, admitir que estás en lo incorrecto y ceder ante críticas, pero el Gobierno está totalmente incapacitado para hacer eso”, añadió.

Considera que hoy por hoy no puede haber diálogo con “personas ligadas con el narcotráfico, personas ligadas con el lavado de dinero, personas que se han dedicado a destruir a mi país y a llevarnos a la peor crisis económica y política”, destacó.

En su opinión, el Gobierno de Caracas se niega a reconocer a la mayoría opositora como una “verdad nacional” y “el cansancio” del pueblo, al que se le negó “el derecho al voto el año pasado, el derecho a que se realizara un referendo revocatorio”.

Antonietta Ledezma no quiere de la comunidad internacional clemencia, sino “solidaridad”, porque “los venezolanos estamos cansados y no queremos sentirnos silenciados y aislados”.

“Queremos sentir que los ojos del mundo están puestos sobre nosotros”, concluyó.

Céline Aemisegger/EFE

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