El jugador de voleibol ruso Alexandr Kimérov fue obligado a bajar del avión de la aerolínea Pobeda, el único operador de bajo coste de Rusia, porque sus 2,15 metros de estatura no le permitían colocar las piernas en el espacio correspondiente a su asiento.
EFE
Al encontrarse que no podía ocupar la butaca que le correspondía, el jugador del Fakel -un conjunto del extremo norte ruso- se cambió de asiento con otro pasajero ubicado en la salida de emergencia, donde sí podía acomodar sus piernas debido a su mayor espacio.
Pese a todo, el personal de Pobeda le obligó a volver a su butaca con el argumento de que no había pagado los 999 rublos (unos 15 euros) de suplemento por elegir dónde sentarse, según informó hoy el diario “Kommersant”.
“Somos una compañía de bajo coste y vendemos billetes muy baratos, por lo que nuestras ganancias son por los servicios complementarios. Si todos nuestros pasajeros se cambian de asiento, esos servicios no tendrán sentido”, dijo la portavoz de la compañía, Elena Selivánova.
Tras volver a su sitio, Kimérov, de 20 años, no tuvo más remedio que sacar sus largas piernas al pasillo, algo que prohíben las normas de seguridad aérea.
Pese a las quejas de muchos pasajeros, que pidieron que se dejara al jugador sentarse en la salida de emergencia, el personal de abordo llamó a la policía para que sacaran al deportista del aparato.
Por si fuera poco, Pobeda tiene intención de llevar a Kimérov ante los tribunales al considerarle responsable del retraso que sufrió el vuelo entre la ciudad de Samará, a orillas del río Volga, y Moscú.
“Hemos sufrido pérdidas por un retraso de media hora. Ahora estamos cuantificando la cantidad y luego acudiremos a la Justicia”, adelantó Selivánova.