No hay crimen perfecto; la verdad siempre sale a la luz. El macabro plan de Luis, el esposo de la abogada Olga Sánchez (28), hija de una juez del Zulia se desplomó anoche. El marido contrató a dos sicarios para que mataran a la madre de sus dos hijas, pensó que el crimen se podría disfrazar como un robo y así pasar por inadvertido ante la justicia. Lo intentó; lloró el día de su trágica muerte, pero tres días después del homicidio, cayó preso. Así lo reseña Panorama.
La mañana del viernes 17 de marzo vecinos de Los Aceitunos, cerca de la avenida La Limpia, fueron impactados por el crimen de la joven abogada.
Luis fue capturado, junto con ocho personas más en San Isidro, por funcionarios de la Dirección de Investigaciones y Estrategias Preventivas de Polisur, informó a Panorama el director de ese organismo, Osman Cardozo.
El hombre pagó una alta suma de dinero para ver a su esposa muerta. A través de uno de sus hermanos buscaron a los homicidas y ejecutaron el plan macabro que incluía también el asesinato de la suegra, la jueza interina Ana Sánchez, pero ella no fue asesinada.
Aún los investigadores no determinan cuál fue el motivo del atroz crimen, pero las primeras pesquisas apuntan a que la disputa por una casa construida por la pareja y la potestad de las dos hijas, de tres y un año, fueron el detonante.
El plan
El pasado viernes se ejecutó el plan de Luis. A la 1:00 de la madrugada, dos delincuentes con pasamontañas irrumpieron, con facilidad y sin violentar las puertas, en el hogar de la familia Sánchez en Los Aceitunos. Esa noche, dormían en la quinta, Olga con sus pequeñas hijas, un hermano, los padres, otro menor y un adolescente.
A todos los encerraron y amarraron en la sala de juegos. Los criminales “pasearon” con Olga por toda la casa recogiendo todo lo que se iban a robar. El botín que incluía dólares y artefactos eléctricos lo montaron en una camioneta Grand Vitara de la familia. Antes de irse, los delincuentes llevaron a la abogada hasta su cuarto y le dieron cinco puñaladas en el cuello y el estómago.
Los gritos de Olga fueron escuchados por todos sus familiares, inmóviles con sus manos atadas. Sus pequeñas hijas la vieron muerta.
Uno de los dos asesinos apodado como “Lulo” cayó abatido en Los Claveles, la misma tarde del viernes. La mañana de la muerte, Luis fue uno de los primeros parientes en llegar a la escena del crimen.
Lloraba sin dolor mientras cargaba en sus brazos a sus dos hijas, que ahora quedaron con su madre muerta y su padre preso. Luis y Olga se conocieron cuando los dos eran estudiantes universitarios Allí comenzó el romance que acabó en tragedia. Estaban en pleno divorcio luego de una tormentosa y tóxica relación.